Quito, Ecuador
Mediante Decreto Ejecutivo No. 741 del 17 de mayo de 2023, el Presidente Constitucional de la República del Ecuador, Guillermo Lasso Mendoza, decidió disolver la Asamblea Nacional alegando grave crisis política y conmoción interna. Esta medida permite al Presidente gobernar por decretos – leyes de carácter económico urgente, hasta que tengan lugar las próximas elecciones legislativas y presidenciales.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), ha determinado que la primera vuelta electoral se llevará a cabo el 20 de agosto de 2023.
Los resultados, deberán serán proclamados máximo siete días posteriores a las elecciones. En caso de que no exista un ganador en primera vuelta, tendremos una segunda vuelta electoral el 15 de octubre de 2023; el tiempo que tardaremos en conocer los resultados es el mismo que aplicó para la primera vuelta electoral.
Los ganadores serán posesionados a más tardar, quince días después de la proclamación de resultados.
Dicho esto, en esta ocasión, saldré de mi rol de abogado y no realizaré un análisis legal y constitucional sobre la medida, por el contrario, me enfocaré en hacer un llamado enfático a todos aquellos que sinceramente se preocupan por el país.
Nuevamente, estamos a puertas de una elección, en la que cada uno de nosotros decidirá sobre el futuro del Ecuador; la muerte cruzada, no es más que una reprimenda a TODOS los que negligentemente rayan una papeleta en cumplimiento de una obligación legal y su voto ha derivado en nefastos personajes en cargos públicos, pagados con nuestros impuestos y representando únicamente sus intereses.
El quemeimportismo anterior, llenó una Asamblea Nacional con 137 legisladores, que, con sus honrosas excepciones, se han dedicado a bloquear e impedir la ejecución del plan de gobierno, convirtiendo su curul en lo que los más jóvenes catalogarían como un “espacio instagrameable” para ganar “followers” y su cargo en el aval para negociar a costa nuestra.
No podemos permitir que delincuentes, camuflados de demócratas, pretendan capitalizar políticamente esta situación para que su foto conste en la próxima contienda electoral, mucho menos aquellos que han destrozado ciudades, negocios y familias liderando protestas violentas que han paralizado la economía nacional.
Tenemos que estar expectantes también, de aquellos que bajo discursos pintados de “esperanza” tienen la necesidad de llegar al Poder para otorgar impunidad a aquellos que tanto daño nos han causado en el pasado.
El Ecuador va más allá de las contiendas políticas, necesitamos mantenernos y mejorar. Actualmente tenemos la inflación más baja de Latinoamérica. Recordemos que, según datos del Banco Central del Ecuador, en el cuarto trimestre del año 2022 la economía ecuatoriana reportó un crecimiento interanual del 4.3% y la producción nacional superó los niveles registrados en años previos a la pandemia, entre las cuales se encontraban tasas de crecimiento del 16.4% en petróleos y minas, 12.6% en educación y salud, 12.3% en turismo, entre otros.
Pese a la desaceleración de las exportaciones petroleras, para este año esta proyectado un crecimiento económico del 2.6%. ¡esto es lo que debemos cuidar!
En el ámbito turístico, en la vigésimo novena entrega de los World Travel Awards, nuestro país recibió once galardones y la revista National Geographic, en Gran Bretaña, promocionó en 50 páginas nuestra cultura, gastronomía, flora y fauna.
El rol que tenemos como ciudadanos, emprendedores y empresarios es fundamental en momentos como los que estamos viviendo. Es momento de reiterar el compromiso con nuestros trabajadores, de mostrar nuestro esfuerzo a nuestros empleadores. Situaciones como estas nos permiten identificar oportunidades y constituyen un llamado a construir, desde nuestros espacios, la gobernabilidad que esperamos.
La vida de los ecuatorianos debe girar en torno del bienestar colectivo, somos gente trabajadora, honesta y alegre, no podemos depender del político de turno, no podemos paralizar nuestra economía por “dimes y diretes” entre las instituciones del Estado, reactivemos al Ecuador desde nuestra posición, desde lo privado, con trabajo, esfuerzo, educación y respeto; y, sobre todo, seamos empáticos con los demás, por medio de un voto meditado, eso es “hacer patria desde nuestra trinchera”.
