Diana Salazar: la dama de hierro

«Siempre tenemos que estar pendiente del enemigo que está dentro, que es más difícil de combatir y más peligroso para la libertad»

Margaret Thatcher

Diego Montalvo

Quito, Ecuador

El narcotráfico y la inseguridad son dos enemigos fuertes a vencer, a los que se suma un tercero: el correísmo, que cada vez parece estar más próximo con los dos primeros.

La Fiscal Diana Salazar ha puesto nuevamente su seguridad en riesgo y mantiene casos abiertos contra líderes de la llamada “Revolución Ciudadana” como Jorge Glas —por el desvío de fondos de la reconstrucción de Manabí tras el terremoto— a lo que se sumaría la expectativa del desenlace del caso Gabela que estaría próximo a conocerse.

Además, el mencionado Glas, por el caso Sinohydro tiene todavía un expediente abierto que se retoma nuevamente.

El fanatismo político de los mal llamados “progresistas”, antes socialistas-comunistas del Siglo XXI persiguen un solo objetivo: la impunidad y no les interesa pasarse por encima la institucionalidad.

Lo importante es limpiar el nombre de su máximo líder, asilado en Bélgica, que tras su salida del poder no ha parado de hostigar a Ecuador y dinamitar su institucionalidad con lacayos cada vez menos brillantes y más predecibles.

Parecería que la improvisación es la base con tal de conseguir la meta deseada. Wilman Terán, Alembert Vera, Augusto Verduga, Viviana Veloz y Mónica Palacios, que se suman a un fallido José Tuárez, a una glosada Paola Pabón, a un tibio Pábel Muñoz y a un impredecible Aquiles Álvarez.

Ante esta realidad, la fiscal Diana Salazar, no ha dejado de sumar respaldos de los gremios de abogados, la sociedad civil, y del Gobierno de Estados Unidos y de la Unión Europea. Nuevamente, se enfrenta a los draculinos que quieren tomarse por asalto el país y secuestrarlo para sus oscuros fines. Una vez que la batalla nuevamente es la justicia en favor de la libertad, mientras fuerzas los vampiros buscan retomar el poder de manera antidemocrática.

La orquídea puesta con el nombre de Diana Salazar, hoy, es un símbolo de esperanza en donde florecerán las que lograron sobrevivir a la tormenta. Son momentos donde la institucionalidad de esta gran República nuevamente está puesta a prueba por los totalitarios que gobernaron poco más de una década y que no quieren aflojar el poder.

Cerca de nuevas elecciones, el trollcenter correísta quiso posesionar una falacia de un supuesto plagio en la tesis de la fiscal que es tan verosímil como el supuesto peculado del presidente Lasso que nunca se logró comprobar, construido a base de memes y audios casi inentendibles. Entonces, un mero discurso busca cale en los ingenuos que piensan que las redes sociales es el mundo real y que tienen la verdad absoluta.

Es una utopía orwelliana, pero quizá el momento en el que vive el país a lo Naranja mecánica, por ello resulta importante hallar una luz en medio de tanta oscuridad. La fiscalía tiene hoy, una labor importante, esclarecer casos de corrupción y el homicidio de un exgeneral que denunció sobreprecios en los helicópteros DHRUV.   

El temple de Diana Salazar además forjado por soportar el constante acoso de la expareja de Freddy Carrión sentenciado por un delito sexual. Es decir, los victimarios quieren hacerse pasar por víctimas. Desde el correísmo se busca cubrir la corrupción y otros delitos desde la victimización y el ataque. Además, la militancia defiende criminales sentenciados bajo la cobarde etiqueta de «persecución».

La historia les ha demostrado peculado, actos sexuales indebidos, cohecho, asociación ilícita y demás fechorías y pretenden borrar todo a costa de lo que sea y que todo quede bajo el tapete de una Constitución que ellos crearon.

El electorado, en las próximas votaciones de agosto, deberá reflexionar su participación y evitar esta historia se repita, la de la Revolución malograda, que sale de los personajes más atroces de Vargas Llosa.  Ecuador, unido, Ecuador valiente. Sus instituciones deben ser defendidas a toda costa y nuevamente prevalecer la democracia como lo hizo en 2021… Caso contrario, el camino será la perpetua dictadura al estilo de Venezuela, Cuba o Nicaragua.

Diana Salazar, Fiscal General del Estado

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