Blue Day

Carlos Jijón

Guayaquil, Ecuador

En Blue Jasmine, la oscarizada película de Woody Allen de 2013, una mujer, magistralmente interpretada por Cate Blanchett, atenazada por los celos, denuncia a su marido, un mafioso que se había enriquecido con la contratación pública, ante la evidencia de que la está engañando, o planea hacerlo, con la (más joven y bella) niñera de sus hijos. El marido se suicida en la prisión y ella queda en la ruina. Como suele suceder en los filmes de Allen, la decisión de la mujer es totalmente irracional. Al hacerlo, activa un mecanismo de destrucción que arrasa con todo su entorno, con todo lo que ella ama e incluso con ella mismo.

Lo he recordado el sábado, cuando la Fiscalía de Colombia capturó al hijo del Presidente de Colombia, un joven llamado Nicolás Petro Burgos, después que su mujer Day Vásquez, le contó a la periodista Vicky Dávila, la directora de la revista Semana, que su marido, que acababa de dejarla por otra mujer, había recibido dinero para la campaña de Gustavo Petro de manos de un exconvicto por narcotráfico, a quien se conoce en los bajos mundos como el Hombre Marlboro; pero que en lugar de entregarlo a la campaña, se lo había embolsicado, y que para colmo de males, se preparaba ahora para disfrutarlo con su nueva mujer, a quien ya ha embarazado.

Como Jasmine, Day Vásquez, activó un mecanismo de destrucción de alcances insospechados. Ella mismo fue capturada junto a su ex marido después que Semana difundió los chats que les había entregado, y que revelaban también que una actual candidata para asambleísta suplente del correísmo, en las elecciones del 20 de agosto en Ecuador, una desconocida de nombre Raisa Vulgarín, pareja del primo de Nicolás Petro, un tal Camilo Burgos, los había ayudado a movilizar 50 millones de pesos de dinero mal habido.

Mientras se escriben estas líneas, la tal Raisa Vulgarín, ni nadie de su partido, han desmentido la versión contenida en los chats, y hasta el momento su paradero es desconocido. Tampoco se sabe si la Fiscalía ecuatoriana o por el menos el Consejo Nacional Electoral han iniciado una investigación sobre si ese dinero movilizado, o parte de él, han ingresado también a la campaña presidencial de Luisa González.

El que sí ha hablado es Nicolás Petro Burgos, que el miércoles declaró que colaborará con la Fiscalía y que revelará hechos hasta el momento desconocidos, a cambio del perdón o reducción de la pena que le corresponda. “Lo hago por mi hijo, que está por nacer”, ha dicho, en referencia al que ha procreado con su nueva compañera, la que provocó el estallido de celos. En menos de lo que canta un gallo, el jueves, el hijo del Presidente Petro también ha cantado: no solo que su padre sabía que él se había embolsicado el dinero ilícito, sino que parte de este sí había ingresado en su campaña.

¿Va a terminar esto en la destitución de Petro? ¿Afecta en Ecuador a la inscripción de la lista de candidatos a la Asamblea por la Revolución Ciudadana? Los cargos son graves. De lo que se está hablando es de que la elección presidencial de uno de los líderes izquierdistas más importantes del continente está contaminada con financiamiento ilícito, probablemente proveniente del narcotráfico. Y que uno los personajes de este entuerto, es candidata en Ecuador a la Asamblea Nacional.

Los celos, como una terrible fuerza desatada de la naturaleza, han dado material a la literatura a lo largo de los siglos. En Shakespeare, Otelo mata a la inocente Desdémona convencido de su infidelidad. Medea envenena a sus propios hijos para infligir dolor al marido que la ha abandonado por otra, en la tragedia de Eurípides. No es algo que planean. Como Jasmine, como Day, ceden a un impulso emocional irresistible, que lo destruye todo, incluyendo a ellas mismas. Jasmine, afectada por la demencia, termina vagando por las calles de San Francisco. Day Vásquez sigue en la cárcel, sin que todavía alcancemos a dimensionar el alcance final de su pasión.

Nicolás Petro, el hijo del Presidente de Colombia, Gustavo Petro, con su padre, y su exmujer, Day Vásquez.

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