
Guayaquil, Ecuador
“Endémico significa que una enfermedad siempre se presenta en una población, aunque también puede referirse a una alta prevalencia crónica de una enfermedad en una área o población. Una enfermedad que se hace habitual”.
El Ecuador va a cumplir 45 años seguidos de democracia formal que ha vivido el país, el período más largo de toda nuestra historia republicana; en este largo período, la democracia no ha estado exenta de serias amenazas desestabilizadoras, igualmente el crimen organizado internacional, el narcotráfico, el terrorismo, la migración y los males sociales han puesto su parte; a esto se suma la pandemia del Covid-19 que paralizó al mundo con efectos catastróficos en los sistemas de salud, económicos y sociales, con mayor incidencia en los países más pobres.
Además de lo señalado, existen otros flagelos que conspiran contra la estabilidad democrática: la corrupción y la impunidad. Cuán difícil resulta pedir a los pobres de nuestra América Latina y del Ecuador que crean en la democracia y mantengan su fe en las instituciones del Estado cuando sus líderes, los elegidos por el pueblo para gobernar han exhibido conductas corruptas apropiándose del patrimonio de todos los ciudadanos para su provecho, descapitalizando la riqueza pública o simplemente robando.
La corrupción y la impunidad son flagelos que se han tolerado como la coima, el cohecho que desarticulan la probidad administrativa, niegan la honestidad y la corrección en los comportamientos de los servidores públicos y gobernantes y esto, visto por los ciudadanos, promueve la indignación, la ira, la falta de confianza y debilita la democracia; por lo tanto, la corrupción y la impunidad son corrosivas y también subversivas.
Los personajes en la lista de la corrupción e impunidad del Foro de Sao Paulo, ahora mimetizados en el Grupo de Puebla (club de dictadores), son muchos y muy notables: forman parte de los grupos de poder directo o indirecto, se mantiene a la sombra como los Castro en Cuba, el desaparecido Hugo Chávez y ahora Nicolás Maduro en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y la inefable pareja Ortega-Murillo en Nicaragua.
Las declaraciones sobre revocatoria de visas que hiciera el embajador de Estados Unidos en Quito son alentadoras: “La Embajada de los Estados Unidos se toma seriamente el tema de corrupción y continuará revisando cuidadosamente las visas ya otorgadas y las nuevas solicitudes de visas. (…) La corrupción amenaza la estabilidad de los países y la seguridad de sus ciudadanos. Impide el crecimiento económico y socava los derechos humanos y destruye la confianza en las instancias. Cabe resaltar que en cada instancia de corrupción pública también hay un socio privado, igualmente involucrado”.
El aporte del académico Aquiles Rigail Santistevan en su libro “Estrategias para prevenir y combatir la corrupción” es aleccionador y de suma importancia, “involucra investigación, denuncia y advertencia”, “busca encontrar un camino de fe y esperanza en sus destinos (de los ecuatorianos), dejando atrás la mano tenebrosa, oscura y repudiable de la corrupción”.
