¿Habrá dolarización en Argentina?

Miguel Ángel Echarte

Ávila, España

Desde que Javier Milei asumió como presidente del gobierno en Argentina, se han planteado reformas para liberalizar la economía del país en muchos ámbitos. Así, con el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), se derogaron una serie de leyes que intervenían los precios de los bienes y servicios de consumo y de los alquileres, entre otras actividades.

Se abrió el camino hacia la privatización de empresas públicas ineficientes y se declaró la política de cielos abiertos para liberalizar el sector aéreo. Algunas de estas medidas ya han tenido consecuencias positivas, y es que la oferta de viviendas en alquiler ha aumentado y los precios se han reducido. Es la primera vez en la historia que llega al poder un economista que se autoproclama como liberal libertario y seguidor de la escuela austriaca de economía.

El gran respaldo popular que tiene hasta el momento se debe a su gran labor de divulgación de las ideas de la libertad, pero también a los pésimos gobiernos que le precedieron y que dejaron al país con unas tasas de inflación y unos niveles de pobreza inasumibles.

Después del DNU mencionado, el proyecto más importante que tiene el partido de gobierno, La Libertad Avanza, es que el Congreso apruebe la ley ómnibus, que busca respaldar estas medidas por el órgano legislativo de forma que se consoliden.

Sin embargo, la principal promesa política de la campaña es la dolarización de la economía. El año pasado, la inflación interanual llegó al 220%, la más alta desde 1991. Recordemos que para superar la hiperinflación de ese momento, Carlos Menem, junto con su ministro de economía, Domingo Cavallo, impulsaron un sistema de convertibilidad con tipo de cambio fijo que consiguió reducir la inflación drásticamente en unos años y dio estabilidad macroeconómica al país.

Es cierto que en 2002 se abandonó el sistema después de una crisis financiera, pero el problema no fue el esquema monetario, a pesar de que no era un sistema de Caja de Conversión ortodoxo, como han señalado Steve Hanke y Kurt Shuler, sino que se debió al problema que viene arrastrando el país desde hace décadas: el exceso de gasto público y el desequilibrio fiscal que obliga a financiarlo con emisión monetaria o, como ocurrió en la década de los 90, con un fuerte endeudamiento externo, especialmente con el FMI, ya que no se podía recurrir al banco central para monetizar el déficit público.

La dolarización tendría una ventaja sobre la convertibilidad, y es que es un esquema más rígido y difícil de revertir. En los últimos días han surgido algunas dudas sobre si finalmente se dolarizará. El actual ministro de economía, Luis Caputo, no siempre ha sido partidario de esta medida. Cuando formaba parte del gobierno de Macri, se opuso, aunque un estudio de su consultora, Anker Latinoamérica, de mayo del año pasado, mucho antes de que formase parte del actual gobierno, se abría a esa posibilidad.

Sin embargo, después de su participación en el Foro de Davos (donde Milei dio un histórico discurso), Caputo manifestó que “primero hay que estabilizar la economía y después ocuparnos del banco central”. Con una inflación que en el último mes llegó al 25,5%, resulta urgente sentar las bases para la dolarización, que es la mejor medida para estabilizar la economía. También es necesario reducir el déficit fiscal, pero si la dolarización se va retrasando, se puede perder la confianza depositada y acabar en un gradualismo que conduciría al fracaso, como han explicado recientemente Gabriela Calderón y Daniel Raisbeck para el Cato Institute.

Para dolarizar en mejores condiciones, Milei quiere resolver el problema de los Pasivos Remunerados del Banco Central (Leliqs y Pases) y unificar el tipo de cambio dólar-peso, ya que actualmente hay múltiples tipos de cambio. De hecho, el gobierno de Milei devaluó un 50% para reducir la brecha entre el tipo de cambio oficial y el dólar blue.

Los Pasivos Remunerados son deuda del banco central que adquieren los bancos y suponen una herramienta para reducir a corto plazo el impacto de la emisión monetaria sobre el nivel de precios. Es importante reestructurar esta deuda porque implica emisión monetaria futura, precisamente para pagar esos intereses. El primer paso que se ha dado ha sido el de reemplazar las Leliqs (deuda pagadera en pesos a 28 días, que pagaban un interés anual del 133%) por los Pases (deuda pagadera en pesos a 1 día, que paga un interés del 100%).

En una reciente entrevista, Milei confirmó la intención de dolarizar y mencionó que están aumentando las reservas mediante la compra de dólares, por lo que el objetivo está cada vez más cerca. La dolarización es la mejor forma de estabilizar la economía en un país que ya lo ha intentado todo (convertibilidad, metas de inflación, etc.).

El caso de Ecuador es un ejemplo de éxito en este sentido, con una reducción drástica de la inflación y de los tipos de interés que ha dado una gran estabilidad macroeconómica al país. Además, como ha demostrado recientemente el economista Francisco Zalles, comparando ambos casos, la situación no es muy diferente a la que presentaba el país andino antes de tomar esa decisión, en enero del año 2000.

Es cierto que en ambos casos las reservas netas eran y son negativas, que es uno de los argumentos que esgrimen algunos economistas para oponerse a la medida, pero el propio Zalles y Hanke señalan que las reservas brutas son suficientes para hacer el canje de monedas y billetes, por lo que se podría dolarizar ya la economía. Esperemos que más pronto que tarde se cumpla la promesa electoral de dolarizar y eliminar el banco central.

BUENOS AIRES (ARGENTINA), 10/12/2023.- El presidente de Argentina, Javier Milei, sale al balcón de la Casa Rosada para saludar a simpatizantes, hoy en Buenos Aires (Argentina). EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

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