Performance en Buenos Aires reclama justicia por atentado antijudío de 1994

Una performance consistente en un grupo de personas que marchan «hacia atrás» desde el Palacio de Tribunales de Buenos Aires, en dirección a la sede de la mutual judía AMIA, arrancó hoy para reclamar justicia por el atentado contra la entidad, que dejó 85 muertos en 1994.

«La Antimarcha», organizada por el artista conceptual argentino Mookie Tenembaum, busca simbolizar «artísticamente el retroceso permanente en la búsqueda de la verdad» sobre el ataque, que continúa sin respuestas a dos semanas de cumplirse el 22º aniversario, según informaron desde la organización del evento.

Un grupo de 85 jóvenes -uno por cada fallecido en la explosión de la bomba contra la mutual-, de hasta 21 años de edad -por el tiempo transcurrido desde el atentado-, inició al mediodía el recorrido, en silencio y caminando hacia atrás, frente la sede de la Justicia ubicada en centro porteño.

La intervención artística concluirá con la llegada de la «antimarcha» a la sede de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), ubicada a unos 1,6 kilómetros del punto de partida.

El próximo 18 de julio se cumplirán 22 años del mayor ataque contra intereses judíos ocurrido desde la II Guerra Mundial, sin que la Justicia argentina haya conseguido determinar quiénes fueron los responsables.

Dos años antes, la embajada de Israel en Buenos Aires había sufrido otro atentado, en el que murieron 29 personas y cientos resultaron heridas y cuya autoría también está sin esclarecer.

La investigación judicial y la comunidad judía atribuyen a Irán y a Hizbulá la planificación y ejecución de ambos atentados.

El atentado contra la AMIA, convertido en una de las grandes asignaturas pendientes de la democracia argentina, volvió a la primera línea de la actualidad a comienzos de este año, tras la muerte del fiscal especial a cargo de la causa, Alberto Nisman.

Nisman fue encontrado muerto, con un tiro en la sien, el pasado 18 de enero en su domicilio de Buenos Aires, cuatro días después de haber denunciado a la presidenta Cristina Fernández y a varios colaboradores, por presunto encubrimiento a supuestos terroristas iraníes sospechosos del ataque.

En su denuncia, que fue desestimada por la Justicia argentina en mayo pasado por «inexistencia de delito», el procurador aseguraba que el Ejecutivo había negociado encubrimientos con Irán a cambio de intensificar las relaciones comerciales.

La Justicia tampoco ha determinado aún si la muerte de Nisman fue un homicidio, suicidio o suicidio inducido. EFE (I)

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