FMI respalda reestructuración ecuatoriana en revisión de primer trimestre

FMI.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha dado un espaldarazo a las medidas de reestructuración iniciadas en los últimos meses por el Gobierno de Lenín Moreno, en un informe de su misión para este país difundido hoy en Quito.

El Plan de Prosperidad, como se conoce al conjunto de reformas estructurales en marcha, avanza según lo planificado y está en general «bien encaminado», destaca el FMI, que ha concedido a Ecuador una línea de crédito por más de 4.000 millones de dólares, en transferencias graduales, siempre y cuando se vayan cumpliendo los objetivos.

El documento, de 80 páginas, sigue a una reunión el viernes en Washington del Directorio de la entidad en la que se concedió al país el segundo desembolso de 250 millones de dólares, tras verificar el cumplimiento de condiciones en el segundo plazo.

«Todos los objetivos cuantitativos de marzo, menos uno, fueron alcanzados», destaca el informe en referencia a una falla de carácter técnica relacionada con la renovación de un préstamo al Gobierno por parte del Banco Central, que ya está siendo abordada por las autoridades.

En ese sentido, las políticas implementadas están dando resultados, con una mejoría de la situación fiscal y de las reservas internacionales, así como una reducción en «los costos de financiación» externa, dice el documento.

Y destaca que «las perspectivas macroeconómicas para los próximos tres años se mantienen prácticamente sin cambios desde que se otorgó el apoyo financiero a Ecuador».

En marzo pasado, un conjunto de entidades financieras entre las que se cuentan el FMI, el Banco Mundial y el BID, extendieron al país andino una línea de crédito por valor de 10.200 millones de dólares para permitirle despegar en momentos de estancamiento económico.

El objetivo, facilitarle financiación para reducir el déficit público -que supera los 55.000 millones de dólares- y alentar una reactivación de la economía dando nuevas alas al sector privado y la gestación de nuevos motores de desarrollo.

Un dinero que para el ex ministro de Finanzas Pablo Better era crucial para afrontar la situación de «estancamiento» que vive el país «con un crecimiento menor al 1%» anual.

«Me alegro de que el FMI haya dado un espaldarazo a Ecuador«, señaló el ex ministro entre 1991 y 1992, quien recordó que el programa alcanzado «no tiene metas sino más bien direcciones en las que debe ir la economía».

Con el objetivo puesto en 2022, el paquete de reestructuración incluye aspectos laborales y de gestión pública, en un esfuerzo conjunto por mejorar la transparencia de las cuentas estatales y apuntar hacia una mayor competitividad.

«Si es que hay reformas el Gobierno puede estar en camino a superar el estancamiento, porque eso (el desarrollo) no viene de la noche a la mañana. Si cumple el acuerdo con el Fondo las cosas se verán muy positivas», sentencia Better.

Pero advierte del riesgo de desasosiego social y «que las cosas vuelvan a la década pasada» si el desempleo crece de forma desproporcionada como consecuencia de los reajustes fiscales.

Con una deuda en torno a los 56.000 millones de dólares -según la nueva metodología aplicada por el Ministerio de Finanzas- los préstamos alcanzados deben encaminar a Ecuador hacia el crecimiento teniendo también en cuenta la necesidad en ayudas sociales a los menos favorecidos.

Los principales logros destacados en el informe son en ese sentido un aumento y reconstitución de las reservas internacionales a 2.388 millones de dólares, soporte de la dolarización que asumió el país en 2000 tras un desplome financiero; y la reducción del déficit primario no petrolero.

También ha ratificado el FMI el fortalecimiento y recuperación de la fiscalidad nacional y el avance de reformas estructurales a nivel tributario, laboral, de las finanzas públicas y de una nueva visión regulatoria para el Banco Central.

«Ayudarán a impulsar el crecimiento económico y crear nuevos empleos en el mediano plazo, incluso se espera que la economía ecuatoriana crezca», se destaca en el documento.

Para este año, el FMI prevé un crecimiento real de la economía ecuatoriana del -0,5 por ciento, y para el 2020 de apenas 0,2.

Entere sus reservas, el FMI pide también mantener bajo vigilancia las fluctuaciones préstamos/depósito en el sector bancario privado, al haber registrado un crecimiento demasiado rápido en los primeros frente a uno mucho más contenido de los segundos, aunque por ahora no da ni mucho menos la voz de alarma.

Better señala en todos esos sentidos que el futuro del plan dependerá las reformas estructurales que plantea el Gobierno, y menciona entre ellas, como cruciales, la laboral, la tributaria y la devolución de la autonomía al Banco Central. EFE

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