Corea, tambores de guerra

Alberto Molina

Alberto Molina
Quito, Ecuador

Terminada la II Guerra Mundial, la península de Corea, que había estado en manos de los japoneses, a partir de 1945 es ocupada por las dos principales potencias victoriosas, la URSS y EE.UU., teniendo como línea divisoria el paralelo 38. La llamada guerra fría entre las potencias citadas da lugar a la partición de Corea en dos estados: Corea del Norte, eufemísticamente bautizada como República Popular Democrática de Corea (de esta forma se inicia lo que sería una férrea dinastía comunista dirigida por Kim Il Sung) y Corea del Sur, bajo un régimen pro-norteamericano.

El 25 de junio de 1950, las tropas de Kim Il Sung atraviesan el paralelo 38, atacan y avanzan arrolladoramente hacia el sur. La reacción norteamericana fue inmediata, pidió la convocatoria del Consejo de Seguridad de la ONU y consiguió un mandato para que tropas multinacionales de la ONU, en la práctica el ejército norteamericano al mando del General MacArthur, inicien una contraofensiva.

Fueron casi tres años de intensos y sangrientos combates de ataques y retrocesos teniendo como referencia el paralelo 38; Corea del Norte tuvo el apoyo de tropas de China y el soporte militar soviético. Corea del Sur, bajo la bandera de las ONU, combatieron tropas norteamericanas y contingentes de 19 países.

En enero de 1953, el General Eisenhower asume la presidencia de EE.UU.; en marzo muere Stalin y las nuevas autoridades soviéticas inician un cambio en su política internacional. El 27 de julio de 1953 se firma el armisticio de Panmuinjom que pone fin a la guerra, quedando el paralelo 38 como la línea de separación entre las dos Coreas, es decir, la misma situación que existía antes de la guerra.

En 1948 asume el poder  Kim Il Sung. Durante su larga dictadura consolida su poder con el apoyo de un poderoso ejército que lo controla directamente;  a su muerte en 1994 asume el poder su hijo Kim Jong-il y continúa gobernando con mano de hierro; pese a las terribles hambrunas que soporta su pueblo, mantiene una maquinaria bélica impresionante y continúa con una peligrosa carrera atómica; muere en diciembre de 2011 y asume el poder su joven hijo Kim Jong-un apoyado por la vieja camarilla militar.

La carrera armamentista continúa con los lanzamientos de cohetes de largo alcance en abril y diciembre del año pasado y ha continuado con pruebas atómicas el pasado 12 de febrero, el Consejo de Seguridad de la ONU ha condenado estas acciones, al considerar que violan las resoluciones que prohíben a Corea del Norte desarrollar y usar tecnología nuclear y de misiles balísticos.

Por otra parte, EE.UU. en días pasados ha realizado maniobras militares conjuntas con Corea del Sur, desplegando los poderosos bombarderos estratégicos B-52 y submarinos nucleares; Corea del Norte ha considerado que estas maniobras son una “grave provocación” y ha amenazado con un «ataque nuclear sin piedad».

Esperemos que los  alardes belicistas del joven sátrapa que gobierna Corea del Norte sea sólo vocinglería.

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