La violencia desatada es intolerable

Alberto Molina

Alberto Molina Flores

Guayaquil, Ecuador

Nunca se ha visto en el país una situación como la que estamos viviendo.
Quito, nuestra capital, está prácticamente tomada, sitiada por los indígenas, la delincuencia y bajo la sombra perversa de Correa, que a la distancia, manipula y maneja a sus esbirros para que activen más el caos y la violencia, para pescar a río revuelto.

¿Cuándo se ha visto que quemen y destruyan un vehículo blindado militar? ¿Cuándo se ha visto que turbas violentas quieran tomarse un cuartel, el de la Balbina en Sangolquí? ¿Acaso se está fraguando un Golpe de Estado, al estilo chavista? ¿Cuándo se ha visto que agredan con tanto odio un periodista? El pretexto para que haya más violencia ya encontraron: manifestantes muertos.

Debemos recordar el llamado que hizo, hace meses en Latacunga, Ricardo Patiño, activista experto en manipular masas, especializado en Cuba y Nicaragua, exhortando a los seguidores de Correa «a una resistencia combativa, a tomarse las calles, los edificios del gobierno, a cerrar las carreteras», es decir invitando al caos y a la violencia como justamente ahora, está sucediendo. No debemos olvidarnos de los 10 mil fusiles chinos que a pretexto de la ayuda a las víctimas del terremoto de Manabí, llegaron camuflados. ¿Para qué y para quiénes eran?

La pregunta que nos hacemos los ecuatorianos es: ¿Quién financia la movilización de miles de indígenas, su alimentación y las vituallas necesarias para la permanencia en la ciudad?

No podemos llegar a situaciones de violencia que signifique un baño de sangre. Sería una tragedia más para nuestro atormentado Ecuador.

Esta situación crítica atañe a todos los ecuatorianos que amamos la paz.

Es hora que un grupo de ciudadanos (hombres y mujeres) de buena voluntad y de reconocido patriotismo se organicen, formen una comisión, presten su valioso contingente para que se acerquen a las autoridades de gobierno y a la dirigencia indígena para buscar una solución y de una vez por todos se termine estos niveles de violencia nunca vistos en nuestro país.

Igual debe hacer la Asamblea. ¿Dónde está su presidente, dónde los asambleístas? Tienen la obligación de coadyuvar a encontrar una solución. La Asamblea debe reunirse, ahí están representantes de todos los partidos y movimientos políticos de todo el país.

NO A LA VIOLENCIA, SÍ A LA PAZ.
NO AL CAOS, SÍ A LA TRANQUILIDAD.
NO AL TOTALITARISMO, SÍ A LA DEMOCRACIA.
¡VIVA EL ECUADOR!

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