Guillermo Lasso: un candidato que le apuesta a la cultura

Diego Montalvo

Quito, Ecuador

La campaña política arranca. Correa se hunde en la miseria y cae atrapado en las mismas leyes que él mismo puso para sus opositores. La araña se le acerca en la red de trampas que él mismo tejió. Es devorado y pasa directo a los fluidos gástricos del estómago de ese arácnido llamado CNE (que se encargarán de evaporarlo de la papeleta electoral). ¡Fue envenenado por el fluido pútrido de su propia corrupción! Unos contendores se bajan de la carrera política hacia Carondelet, otros se unen. Propuestas van y vienen. No obstante, no sólo la alianza PSC-CREO llamó la atención, sino que Guillermo Lasso sacó en plena coyuntura a un sector olvidado por los ojos de los políticos: el de los artistas y gestores culturales.

Lasso es consciente de que los escritores, editores, libreros, pintores, actores, teatreros y danzantes (por nombrar sólo un grupo del basto mundo artístico nacional) son parte de una industria que merece atención para fortalecerla. Detrás de cada obra existe un emprendimiento. Es importante figurar políticas públicas culturales, reformar la Ley Orgánica de Cultura donde, por ejemplo, el correísmo cometió el atropello de colocar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) al papel para encarecer su importación y con ello el costo de libros, revistas y periódicos se disparó. Ese fue otro artilugio para censurar a opositores y colocó otro brazo monstruoso a la Ley Mordaza que censura a los medios de comunicación. Pero, con ese reglamento que no sirve ni para atrancar una puerta, se buscó meterse en el campo de la publicación de trabajos de investigación publicados en revistas y libros que fueron de súbita importancia para el Ecuador.

Las aduanas colocaron muchas trabas para importar libros y Correos del Ecuador no tiene conexión con varios países para poder enviar ejemplares al exterior (ni siquiera a nivel latinoamericano con naciones tan cercanas a la nuestra como Argentina o Uruguay). De llegar Guillermo Lasso a la Presidencia de la República, debe poner particular atención al nombrar un Ministro de Cultura competente que a su vez nombre a un Gerente del Plan Nacional del Libro y la Lectura que fortalezca la lectura en sitios tan sensibles socialmente como las cárceles, los ancianatos y los hospicios psiquiátricos. Eso, en teoría, prometieron dos de los anteriores gerentes encargados de esa dirección pero los resultados fueron invisibles.

La educación y la cultura deben retomarse con fuerza. Es imposible tener educadores impagos. Resulta indispensable, don Lasso, que usted regenere el Sistema Nacional de Bibliotecas (SINAB) mediante un Decreto Ejecutivo tal y como lo hizo en su tiempo el dignísimo León Febres-Cordero. La cultura debe ser el partícipe indispensable para un sistema de gobierno sólido que le apueste por un Ecuador crítico y capaz de hacerle frente a la ignorancia y al analfabetismo. Al mismo tiempo proponga la autonomía de la Casa de la Cultura Ecuatoriana que hoy ha caído en las más perversas manos. Sería bueno que su ministro haga un acuerdo para retomar las Secciones Académicas de esa institución y que cada miembro posea un respaldo del Ministerio de Cultura y Patrimonio en la inscripción de su certificado para determinar que son aptos para votar por las autoridades de la CCE. Así, al mismo tiempo, se debe hacer una depuración del Registro Único de Artistas y Gestores Culturales (RUAC).    

Este tipo de propuestas, queridos ecuatorianos, no la hallarán en sectores como el correísmo ni en la izquierda retrógrada que desea retomar el poder mediante la corrupción y triquiñuelas donde sólo buscan lavar el cerebro a sus fanáticos. Un ministro paupérrimo como es Juan Fernando Velasco cuya mediocridad rebasa los límites y desea, descaradamente, ser presidente de la República así como otro que también ostentó esa cartera de Estado: Andrés Arauz. Éste sobrevaloró el Festival de Artes Vivas de Loja donde otorgó un contrato a dedo de más de cinco millones de dólares cuando el costo inicial de este festival era de menos de un millón y medio. Ese informe es analizado por la Contraloría General del Estado. ¿Queremos que esta gente dirija esta República?

Guillermo Lasso ha hecho un acercamiento con artistas mediante reuniones en zoom. Su idea de crear centros culturales en cada barrio de las ciudades es muy loable. De hecho, con una alianza con cada burgomaestre pidiendo casas patrimoniales en desuso puede hacer realidad esta propuesta. Cada alcaldía posee una comisión de patrimonio y museos que saben exactamente el estado de estas viviendas que pueden ser usadas por la ciudadanía para un bien común.

Señor candidato, mire a las Academias. La Academia Nacional de Historia, la Academia Ecuatoriana de la Lengua, la Sociedad Bolivariana del Ecuador (por dar algunos ejemplos). Reúnase con ellos, mire las brillantes propuestas que poseen sus miembros y además el trabajo estudiantil que hacen mediante becas y conexiones internacionales. Por darle un ejemplo, la Academia Ecuatoriana de la Lengua otorga la posibilidad de estudiar una maestría en Lexicografía hispánica en la Universidad de León en España. Es necesario fortalecer estas iniciativas por medio de leyes que se sostengan en la Ley Orgánica de Cultura que sus distinguidos congresistas puedan proponer. Entre ellos, uno de los postulantes más comprometidos en este quehacer es César Monge quien sabe de esta necesidad y sus diálogos en este asunto siempre tocan sus preocupaciones.

Debemos mirar un Ecuador donde su arte se vea presente en el turismo, las novelas, las canciones, en cuadros y obras pictóricas. Don Guillermo Lasso ¡es hora de trabajar por el conocimiento y la cultura!

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