Ecuador y Honduras en disputa por la candidatura a la Asamblea de la ONU

María Fernanda Espinosa | Rendición de Cuentas del período 2017 | tomada de la cancillería.

Ecuador y Honduras han abierto una disputa diplomática por la candidatura a dirigir la Asamblea General de Naciones Unidas, sobre todo tras la negativa de Quito a retirar su postulación como lo ha pedido Tegucigalpa.

Honduras, según la publicación de un diario ecuatoriano, había solicitado a Ecuador que retire la candidatura de su canciller, María Fernanda Espinosa, a la Presidencia de la Asamblea General de la ONU, en virtud de un acuerdo por el que Quito se comprometía a respaldar a la candidatura hondureña.

La secretaria de Relaciones Exteriores de Honduras, María Dolores Agüero, había expresado en una misiva su «malestar y sorpresa» tras conocer que Ecuador propuso su propia candidatura para la Presidencia de la 73 Asamblea General de Naciones Unidas.

Y es que, según Agüero, existía un compromiso sellado en 2015 por los cancilleres de entonces, el hondureño Arturo Corrales y el ecuatoriano Ricardo Patiño, para apoyar la candidatura del país centroamericano.

Según ese pacto, Honduras se había comprometió a respaldar al ecuatoriano Patricio Pazmiño Freire como juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (cargo que ejerce desde 2016), a cambio del apoyo a Honduras a la Presidencia de la Asamblea de ONU.

El excanciller Patiño, consultado sobre dicho pacto, dijo no recordar el asunto y explicó que este tipo de acuerdos «suelen ser formales y se registran», aunque los procedimientos «los desarrolla la Cancillería, que en algunos casos establece acuerdos de apoyo mutuo para las candidaturas».

De todas formas, el Gobierno de Ecuador ratificó la candidatura de Espinosa a presidir la Asamblea General y encaró la protesta hondureña.

La Cancillería ecuatoriana aclaró que el respaldo que Honduras brindó al ecuatoriano Patricio Pazmiño Freire en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, hasta donde tiene registrado, es una decisión unilateral que no implica el respaldo a la candidatura hondureña.

Por ello, el Ministerio de Exteriores de Ecuador defendió la candidatura de Espinosa porque además, según argumentó, «cuenta con el perfil y experiencia necesarios para conducir y fortalecer los trabajos de la Asamblea General de Naciones Unidas».

Recordó que ella «cofacilitó, con éxito, el grupo de trabajo para la revitalización de la Asamblea General, cuando fue la primera mujer ecuatoriana representando al país en esa organización» en 2009, cuando lideró «esfuerzos globales para avanzar en la consecución de los entonces Objetivos de Desarrollo del Milenio».

De momento, la canciller ecuatoriana y la embajadora de Honduras ante la ONU, Mary Elizabeth Flores, son las únicas postulaciones para presidir la Asamblea General de Naciones Unidas.

El reglamento de la Organización no establece una fecha límite para la presentación de candidaturas, por lo que aún podrían sumarse otros aspirantes.

Esa elección, tendrá lugar el próximo 5 de junio, aunque en mayo los aspirantes deben participar en reuniones con los Estados miembros para defender sus candidaturas.

La presidencia de la Asamblea General de la ONU corresponde cada año, por turno, a una región determinada y en esta ocasión recaerá -a partir del próximo septiembre cuando se inicie el nuevo período de sesiones- en América Latina y el Caribe.

En una carta de postulación remitida a la ONU, la canciller ecuatoriana ha señalado que entre sus prioridades consta la de «acercar las Naciones Unidas a la gente» y trabajar de una forma «abierta, efectiva, transparente e inclusiva».

Espinosa ha dicho, además, que apostará por facilitar respuestas rápidas de la Asamblea ante situaciones emergentes y prestar especial atención a las personas en situación de vulnerabilidad.

Flores, por su parte, ha destacado entre sus prioridades la paz y la cooperación internacional, el desarrollo de la legislación internacional y el apoyo a las reformas dentro de Naciones Unidas.

La diplomática hondureña ha planteado varios temas centrales para su eventual presidencia como un foro para la «cultura de la paz», trabajo para definir la agenda de desarrollo de la ONU y una atención especial para los niños. EFE

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