¿Rápido o lento?
Por David Ochoa
Años atrás el hipnotista español Tony Kamo hizo popular esta pregunta, para elegir de cómo hipnotizaría a las personas. Cuando el público le contestaba “rápido”, bastaba un chasquido o una palabra del español para que la persona caiga dormida. La opción “lenta” implicaba un discurso somnoliento y repetitivo hasta que el “paciente” quedaba a órdenes del hipnotista. El mismo dilema (rapidez versus lentitud) enfrenta el gobierno en materia de recursos naturales, justicia y política comercial.
