El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, recibió hoy la espada del legendario líder liberal Eloy Alfaro, entregada por miembros del extinto grupo terrorista Alfaro Vive Carajo, y que, dijo, ahora inspira la «revolución ciudadana» que pregona. […]
“Cada uno de los seres humanos ocupamos un lugar, que lo determina el papel que hemos jugado dentro de la sociedad. El mío es público y, con modestia, pero a la vez con mucho orgullo […]
Por Héctor Yépez Martínez
@hyepezm
Todos conocemos la historia cruel, indignante, de los hermanos Restrepo. Tras detenerlos en un operativo en Tumbaco, los agentes policiales torturaron a uno hasta matarlo y al otro lo asesinaron para no dejar testigos. Se llamaban Carlos Santiago y Pedro Andrés. Tenían 17 y 14 años. Sus cuerpos, según se cree, fueron abandonados en la laguna de Yambo. Era el año 1988: una época donde la policía tenía carta blanca del Presidente Febres Cordero para combatir, sin importar el precio, el incipiente terrorismo de Alfaro Vive Carajo. La filosofía era que el Estado podía matar con tal de evitar que nos maten los revolucionarios. Como si las balas matasen menos cuando se compran con impuestos.
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