Joaquín Hernández Alvarado
Guayaquil, Ecuador
El peor escenario posible para el presidente encargado de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro, ha sido el resultado de las elecciones presidenciales del domingo 14 de abril. Se suponía que la herencia del presidente Hugo Chávez era una especie de seguro que funcionaría de manera casi perfecta para el triunfo de su sucesor. El resultado no ha sido ese. De acuerdo a los informes que en este momento se disponen, Maduro, «el hijo de Hugo Chávez» como señala el diario La República de Lima, habría ganado a Henrique Capriles por un escaso margen de 300 000 votos, cifra incompatible para quien obtuvo nada menos que el encargo administrativo y simbólico del legado del presidente y que contó, como fue notorio, con el apoyo de todo el poder del Estado, incluso pronunciamientos del alto mando militar y espacios de publicidad que no tuvo su contendor.
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