El derrotado fue Maduro

Diario La Prensa
Managua, Nicaragua

Con un legajo en mano conteniendo las pruebas de más de 3,200 incidencias o irregularidades, cometidas por el régimen chavista durante la elección presidencial del domingo recién pasado, el candidato opositor democrático Henrique Capriles declaró que Nicolás Maduro fue el verdadero y gran derrotado y por lo tanto la oposición no podía reconocer como válido el resultado electoral oficial.

Hasta el último momento, muchas personas tenían la esperanza de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, a pesar de que cuatro de sus cinco miembros son chavistas podía reconocer la victoria del candidato opositor. Pensaban que se podía repetir en Venezuela la experiencia nicaragüense del 25 de febrero de 1990, cuando el Consejo Supremo Electoral (CSE) dominado por el Frente Sandinista reconoció el triunfo de doña Violeta Barrios de Chamorro y de la UNO.

Sin embargo, aunque por su naturaleza ideológica y sus fines políticos el chavismo es igual al régimen sandinista de 1990, las circunstancias históricas son diferentes. Aquella experiencia, inédita hasta entonces, de que una dictadura marxista revolucionaria permitiera elecciones libres y que además reconociera su derrota electoral, es prácticamente imposible que se vuelva a repetir en otro país de América Latina y el Caribe, donde los movimientos de izquierda autoritaria han tomado el poder con el propósito declarado de detentarlo para siempre.

Así lo demuestra lo ocurrido este domingo en Venezuela, donde el chavismo, al no poder conseguir la mayoría de los votos a pesar de que el candidato oficialista utilizó en su campaña todos los recursos del Estado, impuso a Nicolás Maduro como supuesto vencedor en los comicios mediante una gran cantidad de irregularidades y abusos, que hicieron inaceptables los resultados oficiales proclamados por el Consejo Nacional Electoral.

Los mismos líderes chavistas han tenido que reconocer, de manera indirecta, que una buena parte de su electorado cautivo dejó de votar esta vez por la opción oficialista. Diosdado Cabello, el militar presidente de la Asamblea Nacional y rival de Maduro dentro del chavismo, señaló en su cuenta de tuitter que deben hacerse una “profunda autocrítica” por el resultado electoral y se lamentó de que muchos de sus votantes anteriores hubieran votado ahora por el candidato de la oposición.

Por su parte el líder sindical chavista en el sector del transporte, Richard Mambel, calificó como una “traición” y un olvido de su “deuda” con Chávez, la decisión de la gente del pueblo que votó por Capriles. Y reconoció que el triunfo de Maduro proclamado por el CNE ha sido una “victoria pírrica”, o sea una derrota verdadera.

De manera que es comprensible que Capriles no reconozca el resultado de las votaciones anunciado por el CNE y que más bien exija el recuento de los votos, uno por uno. Eso es lo menos que puede hacer la oposición, siendo que el verdadero derrotado en la elección presidencial ha sido Maduro y el régimen que representa. Sin embargo, como amenazó el mismo Maduro, lo que podría ocurrir con el recuento de los votos es que Capriles termine perdiendo todavía más. Así ocurrió en Nicaragua en las elecciones de 1990, cuando mediante el recuento de los votos los sandinistas le quitaron tres diputados a la UNO.

* Editorial del diario La Prensa, de Managua, Nicaragua, publicado el 16 de abril de 2013.

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