Opinión

No

Joaquín Hernández
Guayaquil, Ecuador

La pregunta que se plantearía a los electores era muy simple: sí o no. Sí, si estaba de acuerdo en que el Gobierno de Pinochet prosiguiese 10 años más. No, si debía convocar a elecciones presidenciales y legislativas. La campaña era muy corta: 15 minutos diariamente para cada opción, durante un mes. El triunfo de Pinochet parecía asegurado de antemano: el poder del Estado, las transformaciones económicas del país, el miedo no solo a la represión política sino sobre todo para los indecisos la amenaza de volver a vivir períodos de escasez, especulación e inestabilidad.

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