Por Jorge Ortiz
Ya ni siquiera intenta disimular: en su juicio por ochenta millones de dólares, para él solito, el ‘ciudadano’ Rafael Correa no está teniendo ni el menor empacho en demostrar que quien planteó la demanda y se beneficiará con la sentencia es mucho más que un simple ciudadano. Es, por si algún juez distraído no se hubiera dado cuenta, el presidente de la República, que llega a las audiencias del “caso El Universo” rodeado por ministros, abogados, asesores, funcionarios y guardaespaldas, con un despliegue fastuoso de autos, motos y sirenas, para que a nadie le quedan dudas de que es él y solamente él quien tiene el poder, todo el poder. […]