Colas y pendejos

Por Bernardo Tobar Carrión

No dejo de maravillarme por ese curioso símbolo de la idiosincrasia nacional, el «chapa acostado», al que he dedicado más de una columna porque ilustra ese ingenio para generar un obstáculo allí donde no hace ninguna falta, incluso en las nuevas vías, anchas, de puro concreto, diseñadas y construidas para una circulación veloz, que ya cuentan con improvisados muros que hacen inútil tanto gasto con dinero de los contribuyentes, y que no cumplen otra función, en época de inseguridad rampante, que facilitar las opciones de los chorizos.

Últimamente, sin embargo, he pensado en dedicarle unas líneas a otro rasgo de la modernidad, igualmente originado en la manía de volver complejo lo simple, cosa de horas o días lo que debería tomar minutos: hacer cola. ¿Qué explica esas interminables esperas para la revisión de un vehículo, esas largas filas a la intemperie para agotar un papeleo intrascendente, de decenas de pasos que podrían reducirse a dos, esas horas, días y a veces meses y años intentando atravesar el laberinto de las autorizaciones burocráticas, evitando entramparse en la telaraña de la letra chiquita, escrita solo en los códigos reservados a los tramitadores y sus pares de la nómina oficial? ¿Por qué, en pleno auge del documento electrónico y la banda ancha, hay que seguir acarreando físicamente voluminosas carpetas, luego de cola y turno, con información que ya consta en los registros públicos y que podría proporcionarse a través de un correo electrónico con un vínculo al archivo en cuestión?

En materia de requisitos, somos más papistas que el Papa, desde siempre, con una proliferación de leyes, reglamentos, acuerdos, instructivos y otras hierbas que no tienen más propósito que inventarse una autorización por cada derecho, un problema para cada solución, con la respectiva censura o pena draconiana.

Recuerdo una anciana a la que tuvieron que llevar, en mucho hueso y poca carne, con su silla de ruedas, a presencia de un funcionario del IESS para probar que no se trataba de un muerto tramposo que seguía cobrando pensión desde ultratumba. No bastaba una carta firmada por testigos, un certificado del Registro Civil, una constatación notarial; habría sido demasiado fácil. ¡Qué sentido de poder otorga al burócrata un nuevo requisito sometido a su aprobación!, que administra con aire de perdonavidas, haciéndonos sentir que el puto sello que traduce su indispensable beneplácito fuera poco menos que un milagro de San Procurador del Permiso Imposible.

Además del complejo de poder, en todo esto hay mucha dosis de desconfianza, rasgo típicamente latino, que en lugar de presumir la buena fe del prójimo, asume el engaño como fatal y generalizado desenlace, como si los malos fueran la regla que ha de inspirar leyes y relaciones de la autoridad con el ciudadano orientadas a restringir, controlar, censurar, hacer la empresa de torcida intencionalidad más difícil. Y en esto de que los malos son la excepción, hay que recordar a Facundo Cabral -que en paz descanse-: los que proliferan son los pendejos.

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6 Comments

  1. Lo dicho vivimos en un pais en que la mayoria son pendejos , recien se dieron cuenta jajajaj viva la ROBOLUCION Y SAL A LA PROTESTA NO TE QUEDES ATRAS DEL TECLADO QUE PRONTO, TAMPOCO TENDRAS LA LIBERTAD DE EXPRESARTE, PILAS SAL DE LA MAYORIA, TE VEO EN LA PROTESTA SI ESTAS EN EL GUAYAS PLAZA SAN FRANCISCO, Y SI ESTAS EN LA CAPITAL EN LA SHIRYS , PROTESTA , PROTESTA

  2. Es obvio que si aumenta cada vez la burocracia en el país, algún trámite hay que encargarles a los recién entrados a puestos de trabajo fantasmas, recién creados para premiar a los agnados y cognados de régimen de turno. Y que mejor manera de estos individuos de justificar su sueldo, que jorobando al ciudadano, poniendole trabas para todo y por todo.
    El clásico ejemplo es el del trámite de la matrícula anual del carro. Cuando uno obtiene el dichoso documento, sale tan feliz de la Jefatura de Tránsito, como si se hubiera logrado un masterado o un PHD.
    como vamos en el país a producir mas, si el tiempo que deberiamos dedicar al trabajo, lo tenemos que dedicar a la tramitadera y el papeleo. Muchas personas, toman vacaciones, no para disfrutar de un merecido descanso, sino increíble : para poder tramitar la matrícula del carro.
    En el IESS, se da un caso de Ripley, ancianas octogenarias que al hacer su trámite de «Supervivencia», ¡¡¡ tienen que demostrar con testigos que no mantienen una relación de hecho !!!
    No se porqué asocio a los países burocratizados con el socialismo. Es que nos hacen sentir a diario y hasta en la sopa la presencia del todopoderoso «Estado»

  3. Es obvio que si aumenta cada vez la burocracia en el país, algún trámite hay que encargarles a los recién entrados a puestos de trabajo fantasmas, recién creados para premiar a los agnados y cognados de régimen de turno. Y que mejor manera de estos individuos de justificar su sueldo, que jorobando al ciudadano, poniendole trabas para todo y por todo.
    El clásico ejemplo es el del trámite de la matrícula anual del carro. Cuando uno obtiene el dichoso documento, sale tan feliz de la Jefatura de Tránsito, como si se hubiera logrado un masterado o un PHD.
    como vamos en el país a producir mas, si el tiempo que deberiamos dedicar al trabajo, lo tenemos que dedicar a la tramitadera y el papeleo. Muchas personas, toman vacaciones, no para disfrutar de un merecido descanso, sino increíble : para poder tramitar la matrícula del carro.
    En el IESS, se da un caso de Ripley, ancianas octogenarias que al hacer su trámite de «Supervivencia», ¡¡¡ tienen que demostrar con testigos que no mantienen una relación de hecho !!!
    No se porqué asocio a los países burocratizados con el socialismo. Es que nos hacen sentir a diario y hasta en la sopa la presencia del todopoderoso «Estado»

  4. Es obvio que si aumenta cada vez la burocracia en el país, algún trámite hay que encargarles a los recién entrados a puestos de trabajo fantasmas, recién creados para premiar a los agnados y cognados de régimen de turno. Y que mejor manera de estos individuos de justificar su sueldo, que jorobando al ciudadano, poniendole trabas para todo y por todo.
    El clásico ejemplo es el del trámite de la matrícula anual del carro. Cuando uno obtiene el dichoso documento, sale tan feliz de la Jefatura de Tránsito, como si se hubiera logrado un masterado o un PHD.
    como vamos en el país a producir mas, si el tiempo que deberiamos dedicar al trabajo, lo tenemos que dedicar a la tramitadera y el papeleo. Muchas personas, toman vacaciones, no para disfrutar de un merecido descanso, sino increíble : para poder tramitar la matrícula del carro.
    En el IESS, se da un caso de Ripley, ancianas octogenarias que al hacer su trámite de «Supervivencia», ¡¡¡ tienen que demostrar con testigos que no mantienen una relación de hecho !!!
    No se porqué asocio a los países burocratizados con el socialismo. Es que nos hacen sentir a diario y hasta en la sopa la presencia del todopoderoso «Estado»

  5. Es obvio que si aumenta cada vez la burocracia en el país, algún trámite hay que encargarles a los recién entrados a puestos de trabajo fantasmas, recién creados para premiar a los agnados y cognados de régimen de turno. Y que mejor manera de estos individuos de justificar su sueldo, que jorobando al ciudadano, poniendole trabas para todo y por todo.
    El clásico ejemplo es el del trámite de la matrícula anual del carro. Cuando uno obtiene el dichoso documento, sale tan feliz de la Jefatura de Tránsito, como si se hubiera logrado un masterado o un PHD.
    como vamos en el país a producir mas, si el tiempo que deberiamos dedicar al trabajo, lo tenemos que dedicar a la tramitadera y el papeleo. Muchas personas, toman vacaciones, no para disfrutar de un merecido descanso, sino increíble : para poder tramitar la matrícula del carro.
    En el IESS, se da un caso de Ripley, ancianas octogenarias que al hacer su trámite de «Supervivencia», ¡¡¡ tienen que demostrar con testigos que no mantienen una relación de hecho !!!
    No se porqué asocio a los países burocratizados con el socialismo. Es que nos hacen sentir a diario y hasta en la sopa la presencia del todopoderoso «Estado»

  6. Ey Tobar no te vi en la protesta , o sea estas en que la mayoria son pendejos que se quejan , deja el asiento reclinable y sal a la protesta te espero el siguiente jueves

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