¿Mujeres y democracia?

Por Camila Moreno
Quito, Ecuador

La lucha por la igualdad de género ha sido una lucha milenaria cuyos resultados no fueron visibles sino hasta hace poco. Las mujeres en occidente, a través de varias y sostenidas luchas conseguimos una igualdad formal, que implicó una igualdad de derechos y principalmente una igualdad de acceso y participación en la vida democrática. Esta equidad de género se manifestó en varios aspectos, familiar, académico, laboral, social y político; ahora las mujeres podemos recibir la misma educación, opinar y decidir los sobre los asuntos públicos, así como representar al pueblo mediante mandato.

Pero no todo ha sido color rosa, lograr la igualdad efectiva que debería emanar naturalmente de esta igualdad formal, nos ha costado casi tanto como obtener esta última. Los abusos, agresiones y vejaciones de los cuales miles de mujeres son víctimas a diario nos muestran que nos falta todavía mucho por recorrer. Las agresiones sexuales, paradójicamente, son mucho más comunes de lo que podríamos pensar, y es que muchos no entienden el acoso, la humillación y la mella a la integridad que presupone que te consideren como un objeto sexual.

Hace no mucho, en Quito se lanzó una campaña que buscaba disminuir las agresiones sexuales (verbales y físicas) dentro de los medios de transporte, lo cual ayudó a que muchas personas abrieran los ojos a un problema real y bastante grave en nuestro medio. Lamentablemente, el Presidente no fue una de estas personas.

No pude más que sorprenderme al escuchar los comentarios del Presidente el sábado pasado, no porque se encuentren alejados del discurso agresivo que mantiene, sino por el cargo que el mismo ostenta. Entiendo que para muchos el halagar las piernas de las asambleístas en plena sabatina no sea incorrecto, dado que se necesita un ejercicio mental no tan simple para entender que al “halagar” únicamente este tipo de características físicas de las asambleístas en público, de la forma en la que el Presidente lo hizo, se fortalecen y reproducen los estereotipos contra los cuales hemos luchado a través de la historia, y que provocan hasta hoy que las mujeres sean agredidas y denigradas sexualmente en varios ámbitos. Es por esta razón que intentamos no elegir a cualquiera de Presidente, pues pensamos que tomando en cuenta la influencia que puede provocar con sus declaraciones, si hará este tipo de consideraciones. Después de todo este tiempo, esperar eso de Correa: ingenuidad.

Pero el Presidente no sólo se coadyuvó a fortalecer estereotipos, este “halago” quedó corto frente al menosprecio del aporte de las mujeres en la democracia al comentar: “yo no sé si la equidad de género mejora la democracia lo que sí es seguro es que ha mejorado la farra impresionantemente (…)”. Como en la carta de respuesta preparada por varias asambleístas se señaló, el sólo hecho de que las mujeres puedan participar y representar la voluntad popular fortalece los principios democráticos, pues representan una gran parte de la población cuyos intereses muchas veces son dejados de lado; sin olvidar además el gran aporte que varias mujeres han realizado en el ejercicio de sus cargos, incluso dentro de este gobierno.

De hecho, por todo este aporte a la democracia creo que, a diferencia del campo laboral, en el campo político no es necesaria ninguna acción afirmativa a favor de las mujeres. A través del tiempo hemos demostrado que estamos en capacidad de participar políticamente por nuestros propios méritos y no por qué una norma exige que exista una cuota mínima. La existencia de esta cuota puede provocar además dos espantosas consecuencias: la primera es que varias representantes adecuadas no puedan participar porque los “cupos” para mujeres están llenos; y la segunda: que la necesidad de cumplir la cuota de género provoque que en ocasiones esta se deba llenar con representantes no adecuadas que sólo se encuentran ahí por cumplir una cuota de género y no por sus méritos. Esta última es más peligrosa, pues la gente puede caer en el riesgo de generalizar a todas las mujeres por la actitud de unas cuantas que definitivamente no son las adecuadas para representarnos y lamentablemente este incidente también fue una oportunidad para demostrarlo.

Me avergüenzan los comentarios del Presidente, pero mucho más la reacción de sus propias asambleístas, quienes para evitar la polémica prefieren auspiciarlos y tratar de minimizarlos. Esto me hace recordar porqué el machismo en nuestra sociedad es un problema estructural, no sólo fomentado por los hombres sino por aquellas mujeres que tienen miedo de pararse y decir no, y mucho peor por aquellas que fomentan, desarrollan e incluso defienden los estereotipos de una mujer débil y sumisa cuya única aspiración en la vida deber ser atender y complacer a su marido y en el lejano caso de que participe en política, apoyar vestidas con minifaldas a que las farras del partido sean impresionantes.

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7 Comments

  1. Hoy en la casa, mi mamá y mi abuela comentaban sobre mi tío: -«el es muy bravo» -«asíii que fuera con la mujer: con ella es buenito».
    El machismo no es patrimonio de los varones.

  2. Es
    digno de felicitación lo escrito por la Srta. Articulista… y no hace más que
    poner en el tapete la verdadera frustración que representa para las mujeres el
    vejamen que son motivo a diario y que con la venia de todos los machos y de
    todas las que observan no se ha logrado romper estereotipos que creemos son tan
    normales a tal punto que para el presidente también es motivo de sublime chiste
    el hablar de las piernas de las mujeres… Partiendo de que quien nos gobierna
    es un «misógino» su actitud tránsfuga intenta desviar su
    «tara» consecuencia de frustraciones que no puede desafilarse desde
    niño además de los comentarios sobre su tendencia hace y le obliga a querer dar
    una apariencia de «macho» y usa estrategias caducas en su alocución
    tales como: ‘me gusta las mujeres’ y se refiere con ánimo forzado a ‘sus partes
    que conforman su cuerpo’ tan chabacanas y burdas que no son dignas de un
    presidente pero sí de un ciudadano que «odiador de mujeres»….

  3. EL MACHISMO, ES AHORA POLITICA DE ESTADO
    ESTOS AFEMINADOS CREEN QUE CON POSTURAS MACHISTAS DEJARAN DE PONER EN EVIDENCIA SUS PREFERENCIAS SEXUALES.
    LO PEOR DE TODO QUE SE ESTA GENERALIZANDO, ES COMUN ACA LEER A CORINO, A ALAVA, Y OTROS REVOLUCIONARIOS DECIR….»LLORAN COMO MUJERES», O «LLORAN COMO MAGDALENA»…
    SI SE TRATA DE REVOLUCIONARIOS DEBERIAN DECIR «LLORAN COMO RAFAEL EN LOVAINA», SERIA MAS ELOCUENTE…

  4. El comentario de correa se lo puede escuchar en cualquier mercado del Ecuador de boca de cualquier vecino de barrio, pero viniendo de alguien que se ufana de ejercer LA MAJESTAD PRESIDENCIAL (correa sic) es simplemente asqueroso.

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