EEUU: Al Qaeda es «seria» amenaza pese a muerte de Bin Laden

Al Qaeda continúa siendo una amenaza «seria» para Estados Unidos, pese a la muerte de su líder Osama bin Laden el año pasado, según el informe anual sobre el terrorismo en el mundo que presentó este martes el Departamento de Estado.

El Departamento de Estado señala que pese a la presión contra el núcleo de Al Qaeda en Pakistán, el grupo terrorista y sus afiliados han mostrado «resistencia» y han logrado «adaptarse» a las nuevas circunstancias.

«Conservan la capacidad de realizar ataques regionales e internacionales y, eso, es una amenaza seria y duradera para nuestra seguridad nacional«, indica el informe.

En mayo de 2011, Osama bin Laden, líder de Al Qaeda durante 22 años, fue abatido en una operación militar estadounidense en el complejo residencial en el que se ocultaba, en la localidad de Abbotabad, en Pakistán.

«La pérdida de Bin Laden y oras operaciones clave -que involucraron la muerte de otros cuatro altos cargos de Al Qaeda- han puesto a la red en un camino de declive que será difícil de revertir», señala el Departamento de Estado.

Esas operaciones incluyen la muerte en junio de ese año de Ilyas Kashmiri, el comandante paquistaní más importante de Al Qaeda, que ganó notoriedad en la red terrorista tras la muerte de Bin Laden, y de Harun Fazul, el cerebro de los atentados contra las embajadas de EE.UU. en Kenia y Tanzania en 1998.

También murieron, en agosto, Atiyah Abd al Rahman, número dos de Al Qaeda, y en septiembre, el clérigo radical Anwar al Aulaqi, considerado uno de los cabecillas de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA).

No obstante, el informe destaca que aunque el núcleo de Al Qaeda «se ha debilitado» ha habido un «resurgir» de los grupos afiliados a la organización en todo el mundo, como Al Qaeda en la Península Arábiga que representa una amenaza «especialmente seria».

EE.UU. apunta que el grupo ha logrado hacerse con el control de un territorio en el sur de Yemen, base de sus operaciones, y está aprovechando la inestabilidad política del país para conspirar contra intereses regionales y occidentales.

El informe indica, además, que a pesar de los éxitos para menoscabar las capacidades del grupo terrorista, «Al Qaeda y la ideología extremista violenta continúan extendiéndose a algunas partes del mundo«.

En la región africana del Sahel (franja entre el desierto del Sáhara en el norte y la sabana sudanesa en el sur), Al Qaeda en el Magreb Islámico ha logrado aumentar sus fondos con rescates de secuestros y ha aprovechado la inestabilidad política en Libia y Mali para afianzar su presencia.

Otro de los grupos de afiliados que preocupa a Estados Unidos es Al-Shabaab, que «ha demostrado su deseo y su habilidad para atacar fuera de Somalia» y sus atentados causaron más de 1.000 muertos el pasado año.

Estados Unidos señala que, aunque el pasado año no hubo atentados en suelo estadounidenses, continúa preocupado por las amenazas que pueden venir de su propio territorio, ya que en los últimos años ha habido varios intentos de ataque de personas que «aparentemente fueron entrenados por Al Qaeda y sus afiliados».

En este sentido, recuerda que el año pasado el joven nigeriano Omar Faruk Abdulmutallab, acusado de intentar hacer explotar un avión comercial con 300 personas el día de Navidad de 2009, se declaró culpable de los ocho cargos que se le imputaron.

El Departamento de Estado insiste en que Al Qaeda y sus afiliados «no son la única amenaza que enfrenta Estados Unidos» y apunta que en 2011 se desveló un complot para asesinar al embajador de Arabia Saudí ante la Casa Blanca, Adel al Jubeir, lo que «subraya un renovado interés de Irán de usar el terrorismo internacional para perseguir sus objetivos en política exterior».

Además, señala que grupos como el palestino Hamás y el libanés Hizbulá «continúan teniendo un papel de desestabilización en Oriente Medio» y tienen robustas relaciones con los regímenes de Siria e Irán, con el que Estados Unidos no tiene relaciones diplomáticas desde los años ochenta.

Estados Unidos presenta todos los años este informe en el que analiza la situación del terrorismo en el mundo y envía al Congreso para que tome las medidas oportunas en cuanto a sanciones económicas y ayudas a los países implicados. EFE

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