La Fura dels Baus estrena un Verdi inspirado en «los indignados»

Sídney (Australia), 16 ene (EFE).- La compañía teatral La Fura dels Baus, considerada una gran innovadora de las artes escénicas, estrenó hoy en Australia su versión de la ópera «Un baile de máscaras», de Giuseppe Verdi, en la que hay pinceladas políticas y personajes inspirados en el movimiento de los «indignados».

Al final de la función, cuyo estreno mundial tuvo lugar en la emblemática Casa de la Ópera de Sidney, el público que llenó el auditorio ovacionó a los artistas en pie durante varios minutos, y entre los asistentes prevalecían los comentarios al esmerado trabajo sobre el escenario realizado por la soprano georgiana Tamar Iveri.

En el patio de butacas se encontraba el director del «Spring Dance» de la Casa de la Ópera de Sídney, el coreógrafo catalán Rafael Bonachela, aparentemente entusiasmado por la respuesta del público australiano, por lo general acostumbrado a un tipo de propuestas artísticas más clásicas o conservadores.

La puesta en escena estuvo a cargo del español Álex Ollé, quien lleva su primera adaptación de una obra de Verdi a los escenarios con la intención de reivindicar el mensaje político original que quiso darle este genial compositor italiano a esta ópera, que a causa de la censura de aquella época quedó reducida a un mero triángulo amoroso.

Inspirado en la novela «1984» de George Orwell, la adaptación de la compañía catalana La Fura dels Baus mantiene la historia del asesinato del rey Gustavo III de Suecia, encarnado por el tenor mexicano Diego Torre, así como el triángulo amoroso entre el monarca, su mejor amigo y secretario, el conde Anckarström, interpretado por el barítono argentino José Carbo, y la esposa de éste, Amelia, que es la soprano Iveri.

Pero en lugar de salir al escenario vestidos con trajes de la época, estos personajes portan en la cabeza una especie de prótesis que les da el aspecto de autómata y lucen ropas que se asocian al burócrata con números inscritos en estas, y que contrastan con la masa de manifestantes «indignados» con rostro descubierto y atuendo colorido.

Con el acompañamiento musical de la orquesta dirigida por el italiano Andrea Molino, los personajes cantan y se desplazan en un escenario opresivo y gris decorado con pared como las de un búnker, donde aparece escrito en tinta roja: «No future» (No hay futuro).

Al principio de la representación, aparece un vídeo que muestra imágenes actuales de cohetes, manifestaciones, cuerpos, paisajes, flores y hasta de un integrante del grupo «Anonymous».

Después una inmensa máscara niquelada que aparece en diversos momentos de la puesta en escena sugiere al espectador que hay un mundo de la alienación y la mentira.

Antes del estreno de la obra, Ollé dijo a Efe que el montaje intenta reflexionar sobre la convulsa situación actual y alertar sobre un futuro que puede derivar en nuevas formas de totalitarismo escondidas detrás de la máscara de la apariencia democrática.

En esa desesperanza, las voces desgarradoras de los tres protagonistas, retratan las contradicciones interiores que atraviesa un rey sumido en la soledad del poder, un amigo traicionado y una mujer enamorada del mejor amigo de su esposo.

Para la argentina Valentina Carrasco, asistente de dirección, el montaje de La Fura dels Baus recupera la capacidad de Verdi de retratar las contradicciones humanas de una forma llana.

Carrasco indicó que se siente satisfecha por este estreno mundial en Australia, país que censuró un vídeo que formaba parte de la obra «XXX», inspirada en «La filosofía en el tocador» del Marqués de Sade y que tenía escenas sexuales explícitas.

Esta adaptación, que es una coproducción de La Fura, la Casa de la Ópera de Sídney, el Teatro Real de La Monnaie de Bruselas, la Ópera de Oslo y Teatro Colón de Buenos Aires, se presentará en Sídney y Melbourne en el primer semestre del año y después Ollé estrenará a mediados de 2013, su segundo Verdi, «Aída, en la Arena de Verona.

«Un baile de máscaras» («Un ballo in maschera»), se representará en Argentina a finales de año y después en Bélgica y el resto de países de Europa durante 2015. EFE

* Foto difundida por el Diario La Vanguardia

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