Papa clausura Jornada pidiendo a los jóvenes ir contra la corriente

Con la silueta del emblemático cerro Pan de Azúcar de fondo, un grupo de peregrinos recorren por la playa Copacabana en camino a la misa en Rio de Janeiro, Brasil, el domingo 28 dejulio del 2013. Cientos de miles de jóvenes pasaron la noche en dicha playa para esperar la última misa del papa Francisco por la Jornada Mundial de la Juventud. (AP Foto/Andre Penner)

Río de Janeiro, 28 jul (EFE).- El papa Francisco agradeció hoy a los cerca de 60.000 voluntarios que ayudaron a organizar la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, clausurada hoy en Río de Janeiro, y les pidió que sean «revolucionarios» y que rechacen la cultura de lo provisional que impide que las personas se comprometan para siempre.

En un discurso de agradecimiento que pronunció ante parte de los voluntarios en el centro de convenciones Riocentro, el pontífice afirmó que, por seguir la cultura de lo provisional, algunas personas creen que el matrimonio o el sacerdocio están pasados de moda y que no vale la pena comprometerse para toda la vida.

«Yo, en cambio, les pido que sean revolucionarios, que vayan contracorriente; sí, en esto les pido que se rebelen contra esta cultura de lo provisional, que, en el fondo, cree que ustedes no son capaces de asumir responsabilidades, que no son capaces de amar verdaderamente», afirmó Francisco, que ingresó al centro de convenciones en papamóvil y fue intensamente aplaudido por miles de voluntarios con sus características camisetas amarillas.

Aseguró que Dios llama a todo el mundo a la santidad y a asumir «opciones definitivas» pero a cada uno por un camino diferente.

Agregó que algunos son llamados a santificarse mediante la formación de una familia pero que otros, por seguir la cultura de lo provisional y de lo relativo, alegan que el matrimonio «está pasado de moda y que lo importante es disfrutar el momento, que no vale la pena comprometerse para toda la vida».

«El Señor llama a algunos al sacerdocio, a entregarse totalmente a Él. A otros los llama a servir a los demás en la vida religiosa: en los monasterios, dedicándose a la oración por el bien del mundo, en los diversos sectores del apostolado, gastándose por todos, especialmente por los más necesitados», dijo.

Aseguró que nadie tiene por qué tener miedo de lo que Dios le pide y que vale la pena decirle «sí» a Dios.

Según Francisco, los jóvenes que aún no tienen claro lo que harán con sus vidas pueden pedirle a Dios que los ayude a ver el camino.

El pontífice agradeció a los voluntarios por el trabajo y la dedicación para servir a los miles de peregrinos que participaron en la Jornada Mundial de la Juventud y por haber ayudado a convertir el evento en «una experiencia inolvidable de fe».

«Éste es el servicio más bonito que podemos realizar como discípulos misioneros: preparar el camino para que todos puedan conocer, encontrar y amar al Señor», afirmó.

Según el pontífice, quienes optan por ser siempre generosos con Dios y con los otros, como los voluntarios, no pierden nada, y, por el contrario, reciben una gran riqueza de vida a cambio.

«Queridos amigos, de nuevo les doy las gracias por lo que han hecho en estos días. No olviden lo que han vivido aquí. Cuenten siempre con mis oraciones y estoy seguro de que yo puedo contar con las de ustedes», concluyó.

Francisco se despidió de los voluntarios pocas horas después de celebrar una misa para poco más de tres millones de personas en la playa de Copacabana, según informó el Vaticano, con la que clausuró la Jornada Mundial de la Juventud.

Antes de su discurso de agradecimiento, un voluntario brasileño agradeció la presencia de Francisco en Río y una voluntaria polaca agradeció la elección de Cracovia como sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en 2016.

La reunión con los voluntarios fue el último acto del papa en la visita de siete días que inició el pasado lunes a Brasil, que fue su primer viaje al exterior desde que fue entronizado.

A la misa de este domingo en Copacabana, concelebrada por 11.000 sacerdotes, 1.500 obispos y 60 cardenales, asistieron los presidentes de Brasil, Dilma Rouseff; Argentina, Cristina Fernández, y Bolivia, Evo Morales. EFE

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