Naciones Unidas promueve paz, inclusión y desarrollo en frontera ecuatoriana

Quito, 10 oct (EFE).- El sistema de Naciones Unidas en Ecuador anunció hoy el lanzamiento de un programa de cooperación para promover una cultura de paz, inclusión y desarrollo en la frontera ecuatoriana con Colombia, afectada por el impacto del conflicto interno colombiano.

Representantes de varias agencias de la ONU en Ecuador, así como de la embajada de Japón y del Gobierno nacional se reunieron hoy en Quito para analizar el «Programa sobre Seguridad Humana en la Frontera Norte», que podría echar a andar a fines de este año.

Diego Zorrilla, coordinador residente del sistema de Naciones Unidas en Ecuador, recordó que el programa supone la continuidad de otro que se ejecutó en esa misma zona y que ha beneficiado a miles de ecuatorianos, así como a desplazados colombianos.

Señaló que la aplicación del plan se basa en los principios de seguridad humana establecidos por la ONU, enfocados en fortalecer los planes de salud, educación, alimentación y medioambiente, bajo una visión de desarrollo social y económico incluyentes, y de una cultura de paz.

De su lado, un representante de la oficina en Quito del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Fernando Pachano, recordó que el primer programa de atención en la frontera desarrollado desde 2006 estuvo enfocado a contener los «efectos desbordantes» del conflicto colombiano.

El nuevo programa, que al igual que el anterior contará con financiación japonesa, se enfocará especialmente en los ejes de «protección y empoderamiento», señaló Pachano.

Para desarrollar el programa de seguridad humana en la frontera, que se ejecutará en los próximos tres años en las provincias costeras de Esmeraldas y en la amazónica de Sucumbíos, se prevé una financiación de 4 millones de dólares, la mitad cubierta por el Gobierno japonés y el resto por el ecuatoriano y las agencias de Naciones Unidas.

Se busca, dijo Pachano, alcanzar el fortalecimiento de capacidades para contrarrestar fenómenos como la trata de personas, la explotación sexual y el reclutamiento forzado por parte de grupos violentos.

También se pretende empujar la seguridad económica y promover el empleo, sobre todo de grupos vulnerables como los refugiados y las mujeres, añadió.

De su lado, Daniel Ortega, coordinador general de Derechos Humanos y Garantías de la Cancillería ecuatoriana, recordó que la erradicación de la pobreza es el eje central de las acciones del Gobierno y dijo que un enfoque de seguridad humana que no contemple ese factor podría vulnerar derechos.

Criticó la tendencia de «securitizar la discusión global», ya que se habla insistentemente de «seguridad climática, seguridad alimentaria, seguridad humana» y en otros campos.

La «securitización de la agenda mundial» podría dirigir la cooperación internacional a lugares específicos de interés de intervención de poderes fácticos globales, apuntó.

Por su parte, Óscar Chalá, de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), aseguró que en la frontera norte con Colombia también se han presentado otros fenómenos como el racismo.

Según Chalá, existe la necesidad en esa zona ecuatoriana, con alta presencia de población negra e inmigrantes colombianos, de cambiar patrones culturales racistas y discriminatorios para sustentar un programa de desarrollo. EFE

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