Graciosos ascensos

Alberto Molina

Alberto Molina
Quito, Ecuador

El 4 de febrero de 1992 (4F), en Venezuela, el Tcrnl. Hugo Chávez Frías  lideró una cruenta intentona golpista para derrocar el gobierno de Carlos Andrés Pérez. El golpe fracasó y Chávez fue detenido y condenado a dos años de prisión. El 27 noviembre (27N), de ese mismo año, un grupo de militares protagonizó otro intento de golpe, que también fracasó; entre sus demandas se hallaba la puesta en libertad de Chávez.

En mayo de 1993, el Parlamento destituyó a Carlos Andrés Pérez;  su sucesor, Rafael Caldera decretó la amnistía de Hugo Chávez. Muchos de los militares que acompañaron a Chávez en la intentona golpista y aquellos que participaron en la otra intentona (27N) fueron dados de baja.

Una vez liberado, Chávez inicia una meteórica carrera política, ganó las elecciones y asumió la presidencia en 1999, sus antiguos compañeros de las fallidas aventuras golpistas asumieron cargos importantes en la administración del Estado.

El 27 de diciembre pasado, en una ceremonia castrense, el heredero de Chávez, Nicolás Maduro, decretó el insólito ascenso de oficiales golpistas que participaron el 4F y el 27N, a los que llamó “combatientes patriotas”. Sin mediar ningún requisito legal, anunció que el Teniente  Diosdado Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional, es ahora Capitán; el Tcrnl. Francisco Arias Cárdenas, gobernador de Zulia, es Coronel; y el Capitán de Navío Ramón Rodríguez Chacín, gobernador de Guárico, Contralmirante.

El ahora “Contralmirante”, Ramón Rodriguez Chacín, fue señalado en el 2009 por la Oficina de Control de Activos Extranjeros por colaborar con los insurgentes colombianos de las FARC en el tráfico de drogas.

En nuestro país, el Presidente Correa, en una sabatina, señaló que el personal militar  había crecido “incomprensiblemente” desde la firma de la paz con Perú; que se necesita personal para las entidades complementarias de seguridad y que los miembros de las FF.AA., que voluntariamente deseen ser trasladados a dichas entidades, tendrían varios incentivos como no pedir “la baja” y que ascenderían al grado superior, y además dijo: “por ejemplo, que un Teniente Coronel, pasaría a ser Coronel y su salario será según esa jerarquía”.

La Constitución que nos rige señala en su artículo 160: “los miembros de Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional estarán sujetos a las leyes específicas que regulen sus derechos y obligaciones, y su sistema de ascensos y promociones con base en méritos…”.

Específicamente, la Ley de Personal de las FF.AA. que regula la carrera del militar, señala los requisitos de ascensos en cada grado: tiempo de servicio, calificaciones, cursos, exámenes físicos, médicos, etc.

No se puede, al menos en nuestro país, hacer graciosos ascensos violando la Constitución y las leyes que rigen la carrera de los uniformados.

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