Estambul, 7 oct (EFE).- El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, destacó hoy la necesidad de una ofensiva terrestre contra el Estado Islámico (EI) para frenar la toma de Kobani, la ciudad kurda situada al norte de Siria, muy cerca de Turquía.
«Sólo con bombardeos aéreos no podréis poner fin a este terror. Si la coalición que cumple esta misión no establece unos movimientos (militares) terrestres, no podrá solucionarlo con ataques aéreos. Así han pasado meses sin resultado», dijo Erdogan durante una visita a Gaziantep, cerca de la frontera con Siria.
Asimismo, dejó entrever que Ankara no hará nada para evitar que Kobani caiga en manos de los yihadistas, contrariamente a lo que el primer ministro, Ahmet Davutoglu, había prometido el jueves pasado.
«En este momento está cayendo Kobani. Nosotros queríamos tres cosas: Uno, declarar una zona de exclusión aérea. Dos, declarar una zona paralela de seguridad. Y finalmente, un acuerdo para entrenar y equipar a la oposición moderada en Siria e Irak», especificó.
El mandatario no aclaró a qué grupos se refería, pero insinuó que las milicias kurdas no formarían parte de ellos.
«Turquía está tanto en contra del terror del Estado Islámico como está en contra del terror del PKK», aseguró Erdogan.
La prensa pro-gubernamental turca suele usar las siglas del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda de Turquía, para hacer referencia a las milicias kurdas de Siria, por su supuesta estrecha relación con la guerrilla turco-kurda.
Erdogan arremetió contra la oposición pro-kurda por no haber apoyado la reciente autorización de renovar el permiso de enviar tropas a Siria para luchar contra grupos terroristas.
«Qué pena ver que los que hablan de Kobani se han opuesto a la autorización, a la vez que utilizan Kobani para chantajear a Turquía con el proceso de paz (kurdo)», remachó Erdogan.
Se refería al partido prokurdo HDP, el cuarto del Parlamento turco, que votó contra la autorización, acusando a Ankara de respaldar al EI antes que a las milicias kurdas.
El HDP denunció anoche en un llamamiento el «embargo» turco a Kobani, un estricto cierre de la frontera turca, que impide la llegada de armas o ayuda humanitaria a la ciudad siria sitiada.
Erdogan inició y cerró su discurso con amplias referencias religiosas, pidiendo «paciencia y confianza en Dios», y aprovechó para denunciar que el Estado Islámico «asesina en nombre del islam».
«Los musulmanes nunca deben quitar la vida, los bienes o la sangre a otros musulmanes», especificó el presidente turco. EFE