Arzobispo de Montevideo califica de «fascismo» que la Iglesia no pueda opinar

Monseñor Daniel Fernando Sturla Berhouet, arzobispo de Montevideo. Foto de Stat Veritas.

Montevideo, 28 dic (EFE).- El arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, calificó como «fascismo» que se le niegue a la Iglesia el derecho a poder opinar sobre una guía impulsada por el Gobierno uruguayo destinada a docentes para educar sobre diversidad sexual, según expresó hoy en una entrevista con un medio local.

«Una cosa es que no estemos de acuerdo y otra es que se niegue el derecho a la Iglesia de decir lo que piensa. Eso es fascismo. ¿Cómo la Iglesia no va a poder opinar sobre algo que afecta a las personas y a la mayoría de los chicos cristianos?», explicó Sturla en una entrevista publicada hoy en el rotativo uruguayo El País.

«En asuntos que tocan la vida de las familias, de los jóvenes o lo educativo (…) parece necesario decir una palabra en defensa de los derechos de las personas y de los que tenemos una visión humano-cristiana de la vida cuando entendemos que hay propuestas que van contra esa visión», argumentó.

El origen de la polémica es una guía para docentes promovida por el Ministerio de Desarrollo Social de Uruguay (Mides) destinada a educar en la diversidad sexual que aporta definiciones de términos como homosexual y transexual y aborda las ventajas educativas de normalizar la diversidad sexual.

El reparto de la guía fue suspendido el mismo día en que se presentó, el pasado 31 de octubre, cuando uno de los consejeros de la Administración Nacional de Educación Pública (Anep), organismo que en Uruguay regula todo lo relativo a temas educativos, criticó que no había sido autorizada de forma correcta.

La Conferencia Episcopal Uruguaya (CEU) manifestó desde un principio su oposición a esta publicación que, en su opinión, fomenta la discriminación y atenta contra el laicismo del Estado.

Sturla argumentó su oposición a esta guía porque supone una «propuesta clara de deconstruir el modelo de familia heterosexual» y «promueve un nuevo tipo de sociedad donde los chicos, desde muy pequeños, no sólo admitan la variedad de orientaciones, sino que también la vean como algo variable que puede ir cambiando».

Para el arzobispo el contenido de dicha publicación no es reconciliable con la concepción judeocristiana de la sexualidad, de ahí su «oposición frontal» a ese modo de presentar la ideología de género.

Sturla comentó que no cree que Uruguay mantenga un discurso anticlerical, sólo «algún grupito menor», pero sí considera que cuando la Iglesia se manifiesta algunos comenten el error de, en lugar de criticar lo que dice, criticar que lo diga, manifestó.

Respecto a la disminución de las personas que practican el catolicismo en Uruguay, Sturla dijo que es «muy duro» que «en los últimos 20 o 25 años haya disminuido el 50 % en forma global la participación en el culto católico», incluyendo bautismos, primeras comuniones, casamientos y la asistencia a misa.

El problema central de la Iglesia, según el mandatario eclesiástico, es «su modo de comunicarse».

«La Iglesia ha perdido sencillez en el lenguaje y cuesta que la gente común entienda lo que anuncia. El desafío es llegar a toda la gente con un lenguaje cercano y hacer una comunicación fluida, un ida y vuelta donde no solamente es la Iglesia que enseña, sino también la Iglesia que aprende», concluyó. EFE

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