El estado natural de los artistas es la crisis y el caos, dice Banderas

Antonio Banderas. Foto: EFE

Madrid, 1 feb (EFE).- El actor, cantante, director y productor de cine y de teatro Antonio Banderas (Málaga, sur de España, 1960) recibirá el próximo sábado el Goya de Honor que concede la Academia del Cine de España después de 33 años de trabajo continuado en su país y en el mundo.

Una cifra, 33, que parece marcar la biografía del artista español, a punto de estrenar dos películas en cuyo título aparece ese número: «Los 33», sobre el rescate de los mineros atrapados en la mina San José de Chile, y «33 días», los que tardó Picasso en pintar el Guernica, en la que vuelve a estar a las órdenes de Carlos Saura.

«Cuando yo llegué a Madrid se hablaba de la crisis del teatro y después fue la del cine: el estado natural de los artistas es la crisis y el caos, el aburguesamiento no nos hace bien, aunque eso no quiere decir que tengamos que vivir miserablemente para que se produzca la creación», comenta el actor en una entrevista con Efe.

El malagueño, que acaba de pasar por Madrid para promocionar su último estreno en las salas españolas, «Autómata», recibirá el sábado próximo su primer Goya, el que se otorga por toda una vida dedicada al cine, después de cuatro nominaciones en las que compitió como mejor actor y otra más como productor de «Justin y la espada del valor».

Cuenta, eso sí, con dos «cabezones» (como se conoce a la estatuilla que reciben los premiados) compartidos por las cintas de animación «El lince perdido» (2008) y «La dama y la muerte» (2009), un corto que además acabó nominado ese año en los Óscar.

Un reconocimiento que Banderas recibe con «agradecimiento, responsabilidad y estímulo» porque, dice, es un premio «para el futuro».

«Tengo la impresión de que lo que me queda por hacer es lo que va a ser realmente recordado, lo definitivo», comenta el «chico Almodóvar», actor en más de noventa películas desde su debut en «Laberinto de pasiones» (1982).

Todo el mundo, compañeros y público, habla bien de este artista, reconocido por su simpatía y amabilidad, y uno de los pocos que ha reinvertido una y otra vez su fortuna ganada en el extranjero en proyectos españoles, aunque estos no siempre hayan resultado lo rentables que él esperaba.

«El motor que me hizo ser actor sigue absolutamente vivo y engrasado. Tengo muchas ideas, cada vez me apetece más crear, sobre todo, escribir: contar cosas que me suscitan interés y me provocan reflexiones que quiero compartir. Tengo en marcha tres guiones diferentes sobre cosas importantes para mí», desvela, para añadir que se trata de cosas que pasan por «la relación con las personas».

«Yo no recuerdo mi vida en términos de rodajes o de localizaciones geográficas, alfombras rojas o claquetas, sino en términos de caras, de mucha gente, compañeros en su mayoría, incluido algunos que ya se han marchado», añade.

En ese sentido, destaca como «fundamentales» en su vida a Pedro Almodóvar: «no solo han sido siete películas con él, sino lo personal, lo que corrimos en los ochenta, las cosas que nos pasaron, que vimos y que aprendimos». También a Lluis Pascual, el primero que le dio una oportunidad en el Centro Dramático Nacional, y a «Melanie (Griffith)».

«Es de esas personas que se ha cruzado en mi vida en el ámbito personal pero también en el profesional, porque la admiré muchísimo antes de quererla», dice sobre su exesposa.

Incluye en la lista al cineasta Robert Rodríguez, con quien también hizo siete películas, y a su «gran amigo» Imanol Arias. «Un núcleo de personas -resume- a los que me siento muy unido».

Protagonista de célebres éxitos internacionales («Desperado») (1995), «Spy Kids» (2002) y «La leyenda del zorro» (2006), entre otros, Banderas cree que hay dos modos de entender el negocio del cine: el francés, intervencionista «a ultranza», y el del estado norteamericano, «que no aporta ni un duro y es todo privado».

«Y nosotros, en un punto intermedio en el que deambulamos según quién esté en el Gobierno. Esto es muy doloroso porque nunca sabemos a qué atenernos», considera el actor.

Opina que cultura y política «no han casado tradicionalmente bien a lo largo de la historia», y destaca que, por primera vez este año, el cine español haya aportado más dinero a las arcas del Estado de lo que ha recibido.

«Esto ha supuesto sacrificios importantes, por ejemplo, tenemos un 21 % de IVA mientras el porno tiene un 4 %, con lo que se consume el porno y la pasta que podrían sacar de ahí», se ríe.

Banderas, que acaba de cerrar una relación de veinte años con Griffith, madre de su hija Stella del Carmen, tiene seis largometrajes pendientes de estreno en este 2015 y volverá a repetir con Almodóvar en su próxima película, «Silencio», junto a Penélope Cruz y Rossy de Palma. EFE

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