El cuento de hadas del Chicharito

Carlos Morán
Guayaquil, Ecuador

Los cuartos de final de la Liga de Campeones dejaron varias de esas historias por las que, para los que amamos el fútbol, no existe nada en el planeta que nos pueda emocionar como lo hace la pelota.

Entre esas historias quisiera compartir la que sucedió en el Santiago Bernabéu en el partido entre el Real Madrid y el Atlético.

Minuto 88, parece sacado de esas películas que veíamos cuando éramos niños, luego de sufrir un sinnúmero de reveses el protagonista termina siendo el héroe.

No soy fanático de Javier ‘Chicharito‘ Hernández: No es un virtuoso con la pelota, no es de esos que hacen fantasías cuando el balón llega a sus pies. Su valor pasa por otro lado.

Hernández es de esos jugadores, formados con tantas horas de entrenamientos, que cuando estaban en las divisiones formativas nadie pensó que llegaría a triunfar en el fútbol, que tiene un carácter a prueba de bombas y pudo resistir el sinfín de sin sabores que se presentan en el camino al éxito.

‘Chicharito’ viene de una familia donde su abuelo materno y su padre fueron futbolistas profesionales de gran nivel e incluso seleccionados nacionales mexicanos, quizás ellos pudieron instruir al joven y dejarle claro que la carrera no sería fácil.

Sufrió un ataque mediático, lamentablemente muy común en el fútbol de hoy, con calificativos que iban desde «eterno suplente» hasta «mediocre» y «conformista». Es verdad, no ha tenido el mejor de los rendimientos en las últimas temporadas, pero lo mismo le ha sucedido a muchos otros futbolistas, sin ser atacados de la misma manera.

Como muchos futbolistas, Javier Hernández buscó regresar a su casa, a su país, para fortalecerse y recuperarse de las heridas de guerra, pero cada vez que regresó a México encontró -quizás- las críticas más feroces de todas ¡Lo bombardearon de todos lados!

Y en esos casos destaca su carácter. Este jugador, muchas veces atacado sin razón, nunca contestó en una entrevista o a través de redes sociales a las agresiones, se mordió la lengua e hizo lo que mejor sabe hacer: luchar y seguir trabajando.

Al mismo tiempo y pese a las adversidades, Hernández parece tocado por una varita mágica también. Anotó goles en momentos decisivos de su carrera, como en su debut con las Chivas de Guadalajara y en la selección mexicana. Con una carrera cortísima en primera división fue contratado por el grandísimo Manchester United y se transformó en un ídolo para su país. Luego, cuando ya casi nadie apostaba por él apareció el más grande de todos, Real Madrid, y se llevó al Chicharito, cosas que no suelen suceder a los hombres comunes y corrientes.

Hay que reconocerle al mexicano que en el peor momento de su paso por el Manchester United, nunca bajó la cabeza, siempre pensó que merecía más oportunidades, por eso en un movimiento sorpresivo pasó al Real Madrid, para empezar de nuevo y buscar nuevas oportunidades, ahora en un club gigante.

Su suerte no varió mucho. Pocos minutos, pocos goles y vivir eclipsado por monstruos del balompié como Cristiano, Bale y Benzema no presagiaban un buen desenlace para el mexicano.

Cuando la prensa hablaba de la inminente salida de Hernández del Real al final de esta temporada, cuando en su país pedían que no juegue más en la selección, apareció el iluminado y cambió su historia una vez más.

‘Chicharito’ marcó el gol que le dio el paso al Real Madrid a las semifinales de Champions, casi al final del partido, contra un rival al que no habían podido vencer en las últimas siete ocasiones que se enfrentaron. Entre todas esas estrellas que estaban en la cancha, el despreciado por todos, fue el elegido para coronar una noche mágica de fútbol.

Todos se abrazaron en el Bernabéu, la victoria y la clasificación tenían un nombre: ‘Chicharito‘.

Al día siguiente, el mexicano fue portada en casi todos los diarios y revistas deportivas del mundo. Ahora todos lo alaban y destacan esa fuerza y carácter que antes confundían con el supuesto conformismo de seguir en un club grande sin jugar.

Así termina la película, pero toda buena historia siempre tiene un mensaje que nos inspira.

Esa noche mágica es de esos momentos que fortalecen la fe de muchos. Fe en que los buenos tipos, los que son 100% profesionales, los que luchan siempre contra la corriente, tendrán su recompensa al final del camino.

Y esto, créanme, no es algo muy común en estos tiempos.

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