ROMA (AP) — Los trabajadores inmigrantes que viven en Europa enviaron el año pasado a sus hogares remesas por 109.400 millones de dólares proporcionando así sustento a más de 150 millones de personas de todo el mundo, se informó el lunes.
El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), dio a conocer en una conferencia de prensa el informe «Enviar dinero a casa: flujos y mercados europeos». Aunque esa cifra representa un cuarto de los flujos mundiales de remesas, una de las principales conclusiones del informe es que los beneficios obtenidos por las familias en los lugares de origen podrían multiplicarse.
Para ello sería necesario que éstas tuvieran acceso a mercados de transferencia de dinero más competitivos y a servicios financieros específicamente diseñados que les ayuden a ahorrar o invertir sus fondos, expresó el estudio.
«Necesitamos garantizar que el dinero que les ha costado tanto ganar pueda enviarse a sus hogares de manera económica», afirmó el presidente del FIDA, Kanayo F. Nwanze.
Con respecto al destino de las remesas de Europa en 2014, los dos tercios se enviaron a más de 50 países en desarrollo.
«El inmenso potencial que tienen las remesas para el desarrollo continúa todavía en gran medida inutilizado, pero está dentro de nuestras posibilidades hacer que cada euro, rublo, libra, corona o franco suizo que se envía a casa y se gana a costa de tantos esfuerzos cuente aún más», expresó Nwanze.
El FIDA estima que, en el mundo, unos 80.000 millones de dólares podrían estar disponibles para inversiones si se diera a los trabajadores migrantes y sus familias mejores opciones para utilizar los fondos de las remesas.
«Las remesas ofrecen una oportunidad única para incorporar a millones de personas al sector financiero formal», aseguró Pedro De Vasconcelos, coautor del informe y coordinador del Fondo de Financiación para Remesas del FIDA.
Si bien en los últimos años se han hecho avances importantes en la reducción de los costos de transferencia, De Vasconcelos agregó que se podría hacer todavía más si se incrementara la competencia.
Si se reducen los costos de transferencia a un 5%, objetivo del G20 establecido en 2009, se podrían ahorrar 2.500 millones de dólares adicionales para los trabajadores migrantes y sus familias en los lugares de origen.