Ecuatorianos y bolivianos celebran en Madrid la ancestral Fiesta del Sol

Imagen del Inti Raymi en el Cuzco. Foto de Archivo, La República.

Madrid, (EFE).- Danzantes y músicos de distintas regiones de Ecuador y Bolivia pusieron color y sonido a la Fiesta del Sol o «Inti Raymi-Wilkakuti», que hoy se celebró en Madrid, como una manera de mostrar la diversidad de sus pueblos.

Esta ancestral fiesta honra al padre sol y rinde tribuno a la madre tierra al comienzo del año nuevo andino, coincidiendo con el solsticio de invierno en el hemisferio sur americano y es además un reconocimiento a la agricultura y a la vida.

El «Inti Raymi», en idioma quechua, o «Wilkakuti», en aimara, marca el inicio del nuevo año andino y también el comienzo del ciclo agrícola de la siembra.

En la celebración estuvieron como anfitriones el embajador de Ecuador, Miguel Calahorrano, y la encargada de Negocios de la embajada de Bolivia, Ilse Céspedes, que participaron en la ofrenda de flores y frutas.

Calahorrano declaró a Efe que esta fiesta supone «la reconciliación de los seres humanos con la tierra y el sol» y «una renovación de la fe en que el futuro de la humanidad».

Según el diplomático, con esta ceremonia, la comunidad ecuatoriana recupera su identidad y su cultura, que «se guardan en lo más profundo del alma de los pueblos», a pesar de estar lejos de su tierra.

También Ilse Céspedes destacó que esta fiesta es una forma de conservar su cultura, allí donde estén, y transmitirla a sus hijos, muchos de ellos ya nacidos en España.

Asimismo, mostró su satisfacción por tener la posibilidad de que la sociedad española pueda conocer estas manifestaciones diferentes «y que están también dentro de este país», en «una actividad linda, diversa y pluricultural».

Al acto asistieron también los embajadores de Cuba, Eugenio Martínez, y de Nicaragua, Verónica Rojas, junto al ministro consejero de la embajada de Venezuela, Julio García.

En la celebración, organizada por las embajadas de Ecuador y Bolivia en España, participaron numerosos grupos folclóricos, que con sus trajes típicos danzaron a ritmo de zampoñas, tarkas y bombos en un ritual que evocaba una centenaria tradición de los pueblos andinos.

El evento tuvo lugar en el madrileño Parque de El Retiro, en el centro de la capital, y a él acudieron comunidades de inmigrantes de estos países, a los que se unieron paseantes españoles, atraídos por la música y el color.

Todos participaron en la ceremonia, alzando los brazos al cielo o abrazándose, en lo que los organizadores consideran una celebración de la vida.

La ceremonia terminó con nuevas danzas y una degustación de chicha, una bebida típica boliviana hecha a base de maíz fermentado.

Esta actividad la organiza la embajada de Ecuador en España desde hace catorce años y a ella se adhiere Bolivia desde hace cinco. EFE

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