El día después en Latinoamérica

Martina Vera

Martina Vera
Madrid, España

El fomento de la división social fue la columna vertebral que sostuvo los imbatibles resultados electorales de los “Socialistas del Siglo XXI” en las urnas latinoamericanas. Sin embargo, la estrategia que tan fructífera resultó para quienes hoy ostentan el poder en Argentina, Ecuador y Venezuela tiene, por fortuna, los desperfectos comunes de sus planes: el oportunismo y cortoplacismo. Hoy, el día después, la misma división social que fomentó ese mal llamado socialismo, es la que ocasionará su expulsión del poder. Argentina es el primer ensayo de esa teoría y el país donde tras 12 años de kirchnerismo, una población hastiada de la confrontación le arrebatará a Cristina Fernández lo que mas amó en la vida: su legado inmortal en el poder.

¡Divide y ganarás, pero solo hasta que no puedas dividir más!

La sociedad latinoamericana está repugnada del enfrentamiento y la división que han generado el discurso y las maquinarias estatales de los socialistas del Siglo XXI. Los motivos son simples, esa división desencadenó en políticas que generaron un asenso de la delincuencia y una combustible inflación, insuperables si la sociedad se encuentra fragmentada. Argentina da fe de ello. En ese país, el discurso de quien busca conciliación y dignidad dio sorpresas en las urnas. El 25 de octubre, Daniel Scioli el candidato favorito del peronismo y el elegido por Cristina Fernández para continuar con su legado, se posicionó únicamente dos puntos por encima que su mayor contrincante, el liberal Mauricio Macri. Esos resultados obligan a la Argentina a celebrar una segunda vuelta electoral –algo casi inédito en ese país- en la que todos los pronósticos se posicionan favor de Macri; si se cumplen, acabarían con 14 años de peronismo y 12 dekirchnerismo enviando otro mensaje olvidado a los “socialistas”: nada dura para siempre.

Posible reconfiguración del mapa político

Lo que suceda en las urnas de Argentina el 20 de noviembre, fecha en que se celebran comicios para elegir presidente en segunda vuelta, es importante no solo porque podría cambiar la suerte de un país cuyo magnifico potencial ha caído en desperdicio, sino también porque podría marcar la pauta que inicie el principio del fin del Socialismo del Siglo XXI en Latinoamérica. Me refiero a esa posibilidad como un pronostico, con prudencia pero también con optimismo porque el siguiente ensayo que se celebraría en Venezuela puede correr similar suerte. En ese país, los ciudadanos acuden a las urnas para las elecciones parlamentarias del 6 de Diciembre. Si el gobierno de Maduro admite que instancias internacionales fiscalicen el proceso y la oposición desempeña una labor de observación tan militante como la de Macri en Argentina, es muy probable que la Asamblea Nacional Venezolana reinstaure una pequeña fracción de la democracia perdida. Los pronósticos en ese caso señalan que casi un 80% de los Venezolanos favorecen a la oposición.

Para que llegue el turno de Ecuador debemos esperar hasta el 2017. Sin embargo, este panorama sirve para recordarnos que el día después siempre llega y pilla a varios desprevenidos en su peor momento. Argentina aclara que siempre hay un mañana y la resaca es mas fuerte para quienes irresponsablemente devoraron el festín, aunque culpen a la crisis global y la caída del precio del petróleo de no haber dejado ni las migajas.

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