Damasco (EFE).- El director de Antigüedades y Museos de Siria, Maamun Abdelkarim, lucha desde hace cinco años contra el saqueo y el vandalismo, pero afirma en una entrevista con Efe que «la vida del ser humano es más importante que el patrimonio».
«No queremos solo rehabilitar las antigüedades o las piedras, queremos primero restaurar la vida de las personas, de la sociedad, mediante la reconciliación y el humanitarismo; después la restauración de las antigüedades será fácil», aseguró Abdelkarim.
En el jardín del Museo de Historia de Damasco, explica cómo, a pesar de la guerra, en su institución se ha mantenido el contacto con todas las zonas bajo control de la oposición, con quienes siempre se ha cooperado para proteger el patrimonio.
«Nos sentimos orgullosos de que hasta ahora pagamos el salario a 2.500 funcionarios en todas las provincias, incluso a los que están fuera de las zonas controladas por el gobierno», dijo Abdelkarim.
El ministro subrayó que solo las zonas bajo el control del grupo yihadista Estado Islámico han estado sometidas a un saqueo y un vandalismo sistemático.
Deseó que el séptimo año de guerra, que comienza el 15 de marzo, sea el último y que la paz y la seguridad permitan que la restauración de lo que ha sido destruido pueda llevarse a cabo, con la necesaria cooperación internacional.
Abdelkarim, también profesor universitario, está convencido de que, por ejemplo, la restauración de la recientemente recuperada ciudad monumental de Palmira no durará más de cinco años, una vez que la situación se haya estabilizado en el país.
De estos años de guerra, destaca como logros el rescate de miles de piezas de museos -el 90 por ciento de las piezas se trasladaron a Damasco antes de la llegada de los yihadistas- y el mantenimiento de las relaciones con los responsables de antigüedades de las zonas bajo el control de la oposición.
Asimismo, hace hincapié en la importancia de la recuperación de Palmira esta semana, después de haber caído en dos ocasiones en manos de los yihadistas.
Por eso mismo, se muestra cauteloso y advierte de que hasta que no haya paz, los riesgos siguen existiendo.
Mientras tanto, asegura que en la ciudad grecorromana existe un plan de urgencia para «detener los daños y fijar elementos de manera urgente» y otro a largo plazo «con la Unesco y los socios internacionales» pero «sin apresurarse, con calma».
El objetivo, dice, es «devolver Palmira a como era antes de la llegada del Dáesh (acrónimo árabe del Estado Islámico)», aunque considera que esto no se conseguirá al 100 por cien, ya que algunas partes solo podrán recuperar su estado en un 60 o un 70 por ciento.
No obstante, se muestra aliviado de que durante la segunda ocupación del Dáesh, desde diciembre de 2016, hasta ahora, los destrozos son mucho menores de lo que se temían.
«Recibimos informaciones graves sobre la posibilidad de que tuvieran intenciones de vengarse por haber sido expulsados, pero la sorpresa fue que no ocurrió eso», aseguró.
Aunque hasta esta semana no irá a comprobar la situación en persona, asegura que las fotos y vídeos que han recibido muestran que la situación es «tranquilizadora y mucho mejor de lo que se esperaba».
«Hay una destrucción del tetrapilón y de parte del teatro, pero en general está bien, al igual que la ciudadela» medieval construida en una colina próxima a los restos de la antigua Palmira, asegura Abdelkarim.
Asimismo, el trabajo de restauración que comenzaron tras la primera liberación de la ciudad en marzo de 2016 «no se ha perdido».
En una de las salas vacías del Museo de Historia de Damasco, muestra dos bajorrelieves de dos bustos que fueron destrozados por el Dáesh durante la primera ocupación y que fueron restaurados en Roma.
Junto a ellos yacen otras piezas que sufrieron el barbarismo de los yihadistas, que se ensañaron especialmente con los rostros de las estatuas.
Abdelkarim confía en que, con la cooperación internacional y con instituciones como la Unesco, se puede seguir avanzando en el camino correcto.
«Necesitamos la cooperación internacional. Este patrimonio es internacional, es de la humanidad, solos no podemos, necesitamos cooperación, porque nosotros presentamos el patrimonio sirio desde el punto de vista de la paz, de la reconciliación», agrega. EFE (I)
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