La ONU advierte de que la violencia se recrudece de nuevo en Siria

La ONU dijo hoy que la violencia se recrudece de nuevo en Siria, con una serie de ataques contra civiles, ambulancias, hospitales y personal de ayuda en la provincia norteña de Idleb durante la última semana.

«En Idleb al menos cinco hospitales y dos centros de almacenamiento de ayuda humanitaria y que servían a medio millón de personas han sido atacados», precisó ante la prensa el coordinador humanitario para las áreas sitiadas en Siria, Jan Egeland.

Sostuvo que se desconoce quienes han sido los responsables de los sucesos en Idleb, una región con concentración de grupos armados rebeldes.

Ataques similares se han producido en Al Raqa y zonas de Deir Al Zur que siguen bajo control del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Asimismo, Egeland denunció un ataque en la provincia de Hama contra un grupo de ochenta civiles que intentaban huir del EI y que fueron víctimas de un bombardeo aéreo.

«No podemos tolerar el grave daño que se ocasiona a los civiles y a los trabajadores humanitarios y médicos sólo porque viven en zonas donde operan grupos terroristas o cerca de ellas», reclamó Egeland.

El representante humanitario sostuvo que se requiere «un sistema de notificaciones que funcione y sea respetado por los actores armados deben respetar».

Este sistema supone la comunicación por parte de la ONU, de la Cruz Roja y de otros actores humanitarios de las coordenadas geográficas de sus instalaciones (incluidos los campos de desplazados) con el objetivo de que todas las partes combatientes respeten estas localizaciones.

Este sistema ha funcionado en muchos conflictos en otros países, pero nunca en los más de seis años de guerra civil en Siria.

Sin embargo, Egeland reconoció que hay varias entidades humanitarias reticentes a entregar esa información porque creen que en lugar de protegerlos puede hacerles blanco de ataques.

Cada mes, entre siete y nueve millones de sirios se benefician de la ayuda humanitaria internacional.

Actualmente, 420.000 sirios viven en áreas militarmente sitiadas, en el 95 % por ciento de casos por fuerzas gubernamentales y sus aliados, y no reciben ninguna ayuda humanitaria.

Además, tres millones viven en zonas calificadas de «difícil acceso» por encontrarse cerca o dentro de línea de fuego, lo que hace que la asistencia a la población llegue esporádicamente.

Según Egeland, cada semana se necesitaría que cuatro convoyes cruzasen las líneas de fuego, pero sólo se logra que uno lo haga, con lo que la ayuda sólo llega a una cuarta parte de la gente que la espera. EFE

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