Abren investigación canónica contra los maristas en Chile 

C En esta foto de archivo del 11 de noviembre de 2015, el cura Fernando Karadima es escoltado después de testificar en un juicio en su contra tras ser denunciado por abuso sexual. Foto AP Luis Hidalgo

SANTIAGO DE CHILE (AP) — Los Hermanos Maristas de Chile abrieron el viernes una investigación canónica sobre el escándalo de abusos sexuales que sacude a la congregación, la cual se inició con la declaración de una de las víctimas, Isaac Givovich Contador.

“Lo que Isaac acaba de vivir en este lugar es parte de un proceso tremendamente traumático”, afirmó en su nombre José Andrés Murillo, quien acudió a apoyar y asesorar a los que sufrieron abusos. Murillo es una de las víctimas del conocido sacerdote chileno Fernando Karadima, la cara más visible de los abusos sexuales en la Iglesia católica en ese país.

Givovich declaró por más de tres horas en las instalaciones de los salesianos en Chile, y a su salida se le vio muy alterado como para hablar con la prensa, a pesar de que la había citado anteriormente en representación de al menos otras cuatro víctimas más.

Murillo acompañó a Givovich durante su declaración ante el sacerdote salesiano David Albornoz, a cargo de la investigación canónica. También lo acompañó ante la prensa, a la que recordó que para alguien que sufrió abusos en su niñez el proceso de declarar ante la institución eclesiástica es extremadamente doloroso, pues supone revivirlo.

“No tenemos confianza plena en este proceso canónico”, afirmó Murillo, “pero si de algo sirve a pesar de lo revictimizante que ha sido _y será_ seguirán ellos adelante”.

Este proceso “no es transparente; hay procesos que nosotros no conocemos”, denunció, en el que, por ejemplo, no se les concedió una copia firmada de la declaración realizada. “Lo que falta acá es un cambio radical, un cambio de las estructuras” eclesiásticas.

Isaac Givovich Contador, izquierda, llega junto con José Andrés Murillo para declarar como víctima de abuso sexual infantil, en Santiago, Chile, el viernes 9 de febrero de 2018. Murillo también es una víctima de abuso sexual. Los Hermanos Maristas de Chile abrieron una investigación canónica el viernes sobre un escándalo de abusos sexuales que sacude a la congregación, la cual comenzó con la declaración oficial de Givovich. (AP Foto/Luis Hidalgo)

“Hoy día la Iglesia católica tiene en su poder cientos o miles de procesos donde hay al menos verosimilitud de sacerdotes, religiosos y religiosas que han vulnerado los derechos de los niños y las niñas en el ámbito de sexualidad, y sin embargo siguen ahí, deberían salir y no deberían estar a cargo de los niños. Ellos tienen el poder de cambiarlo y no lo han hecho”, amplió.

Murillo dijo confiar en la justicia chilena, en referencia a un proceso paralelo que se lleva a cabo ante los tribunales. Las víctimas de abusos han iniciado un proceso, y al menos una treintena de personas que los padecieron preparan otra demanda penal que será presentada por el abogado Juan Pablo Hermosilla, a cargo también de realizar la defensa de las víctimas de Karadima.

“El proceso principal que Isaac y los demás sobrevivientes están llevando para buscar la justicia será en los tribunales criminales chilenos. El proceso canónico es paralelo y no representa ni presenta todas las garantías procesales, éticas ni de transparencia que debiera”, señaló Murillo. “La Iglesia, a través de la Congregación de los Hermanos Maristas, transgredió los derechos de ellos, traicionó a Isaac y con él a todos los niños y niñas que estaban y están bajo el cuidado de ellos”.

La pesquisa iniciada el viernes constituye el segundo intento de investigar los abusos por parte de la institución, luego que el fraile franciscano Saúl Zamorano fuera suspendido de su cargo en una primera investigación canónica por estar también acusado de abusos sexuales.

El caso de los maristas se dio a conocer en 2017 cuando exalumnos que también padecieron abusos se estaban organizando por internet para reunirse y contar qué les pasó. Mariano Varona, uno de los delegados provinciales de la congregación, admitió en agosto que el religioso Abel Pérez les confesó en 2010 que había abusado de 14 muchachos y sólo lo denunciaron siete años después.

Los maristas no son sacerdotes, sino religiosos dedicados a la educación y tienen escuelas en varios países.

La AP se puso en contacto con los Hermanos Maristas y salesianos para solicitar comentarios al respecto, pero no recibió respuesta.

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