Conflicto en Siria atraviesa un momento determinante, según la Cruz Roja

REFERENCIA En esta imagen del jueves 29 de diciembre de 2016, Shireen Daoud, de 25 años y embarazada de tres meses, una refugiada siria de Al-Hasaka, sostiene a su hijo Herman, de 2 años, mientras posa para una foto ante su cobertizo durante una nevada en el campo de refugiados de Ristona, en Grecia. “Cuando nos marchamos de Siria, después de que nuestra casa quedara destruida, confiábamos en encontrar un nuevo lugar seguro. Pero nuestros sueños se han enterrado aquí en Grecia porque estamos bloqueados. Quiero ir a Alemania para tener una vida mejor para mi familia”, dijo Daoud. Las pobres condiciones y las gélidas temperaturas en los campos griegos de refugiados este invierno se cobran un precio para todos los que viven allí, y las madres embarazadas y los bebés se ven especialmente afectados. (AP Foto/Muhammed Muheisen)

La guerra en Siria atraviesa un momento determinante en el que puede poco a poco desvanecerse, mediante un acuerdo entre las grandes potencias, o surgir nuevos focos de combate, explicó hoy el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC), Peter Maurer.

«Creo que hemos entrado en la era de la posbatalla. Lo que vemos hoy es que hay distintas áreas controladas relativamente por diferentes actores, el Gobierno, Turquía, grupos opositores apoyados por los poderes occidentales. Y estos intentan ampliar y consolidar el control sobre otros territorios, lo que es muy diferente de la Siria de hace un año», afirmó Maurer en rueda de prensa.

«Estamos ante un momento determinante, donde los grandes actores o generarán un consenso para parar la guerra e ir a una fase de más tranquilidad, o veremos otra vez una situación muy peligrosa donde posiblemente en los límites de esas zonas de influencia puede haber nuevas operaciones de combate», agregó.

El responsable suizo afirmó que los distintos intereses en el país y, sobre todo, la inestabilidad de los límites de las áreas que controlan complica la gestión de la ayuda humanitaria.

«Las zonas de influencia no son estables y de golpe se transforman en líneas del frente, lo que se convierte en una situación extremadamente peligrosa para nosotros».

Explicó que uno de los grandes interrogantes actuales es que va a pasar con la provincia de Idlib, donde a lo largo de los años se han ido refugiando combatientes y desplazados internos, y que sigue siendo un bastión opositor.

«¿Habrá un acuerdo negociado entre los grandes poderes con influencia en la región o habrá una gran batalla como las vividas en los últimos años?», se preguntó y dijo que hacía tiempo que no se veían tantos intereses opuestos.

«Hemos visto raramente tantos intereses opuestos en un lugar tan pequeño», subrayó.

Respecto a la situación sobre el terreno y que muchas voces indican que se está produciendo una «balcanización» de Siria, Maurer dijo que todavía era «prematuro» calificarlo así, dado que lo que ocurre no es homogéneo, y que aunque ha habido casos de expulsión y traslado forzoso de personas en función de su origen étnico, religioso o afiliación política, «no es sistemático».

Consultado sobre la reconstrucción del país, respondió que su organización no se dedica a ello y tampoco está la situación suficientemente estable para que ello ocurra.

Pero sí que indicó que más allá de las labores de emergencia humanitaria que llevan a cabo, sí que ponen mucho empeño y recursos en la «rehabilitación» de los servicios básicos de zonas donde reina la calma, como enviar una clínica móvil, restablecer el suministro eléctrico o de agua potable.

«En Siria debemos tener una interpretación muy generosa de la asistencia humanitaria, debemos ser pragmáticos», asumió.

Por otra parte, explicó que han notado que conforme las poblaciones afectadas obtienen los mínimos servicios básicos de refugio, alimentación y salud, expresan la necesidad imperante de saber donde están sus seres queridos.

«Desde el inicio del conflicto hemos recibimos 13.000 peticiones de búsqueda de familiares, el 25 % de ellas en 2017».

Maurer indicó que tienen «líneas de comunicación abiertas» tanto con el Gobierno como con los grupos opositores para poder hacer una búsqueda de detenidos y que «de vez en cuando» reciben información de las partes, sin dar más detalles. EFE

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