¿Eliminar subsidios para pagar la corrupción?

Francisco Endara D.
Quito, Ecuador

En economía es conocido que no hay almuerzo gratis. Lamentablemente en nuestros países, la gente se ha acostumbrado a la idea de denominar como «gratuito» a lo que da el Estado, sea en subsidios, becas, entre otros.

Pero la realidad es que en todos los casos en los que un gobierno da algo, lo saca simplemente del bolsillo de todos para poder financiarlo. Esto, aunque parezca extremadamente básico para unos, parecería ser que no lo es para la mayoría de la sociedad que se acostumbra a votar en elecciones por el candidato que «más ofrece».

Así sucede con el caso de los subsidios a los combustibles, por ejemplo. El subsidio es el valor que paga el Estado para cubrir la diferencia entre el precio internacional  y el establecido internamente, para que el ciudadano pague menos.

Sin embargo, los subsidios no son más que una ilusión. El gobierno cobra impuestos a los ciudadanos como el IVA, ICE, impuesto a las importaciones, impuesto a los vehículos, entre otros, para poder cubrirlos. Es decir, el Estado, no cobra un precio más alto de la gasolina, pero saca esa diferencia del bolsillo de las personas de otra manera.

En el Ecuador un vehículo cuesta básicamente el doble, pues sobre él pesan hasta 5 impuestos: arancel a las mercancías que es del 35-40% del CIF, Fondo de Desarrollo para la Infancia 0,5% del CIF, ICE que es de entre el 5 al 35%, el impuesto a la salida de divisas y el 12% de IVA.

Con todos estos antecedentes entonces, tenemos que el subsidio a la gasolina está más que pagado cuando una persona compra un vehículo.

Cabe recordar que desde el año 2006 los ecuatorianos pagaban alrededor de 14 impuestos. Luego del gobierno de Correa se paga 30 impuestos, es decir, 16 impuestos más. Esto según el propio SRI. Por ejemplo, solo en el año 2015 impuestos como a vehículos motorizados, a la compra de vehículos usados e impuesto verde, sacaron del bolsillo a los ecuatorianos 350 millones de dólares aproximadamente. Y eso solo hablando de un año, habría que sumar de los demás años y veremos que solo en el tema de vehículos se ha sangrado a los ciudadanos miles de millones de dólares ¿Y a dónde fue a parar todo ese dinero?

Según Jorge Rodríguez, integrante de la comisión Nacional Anticorrupción, se estima que el perjuicio al país por corrupción sería de al menos 35 mil millones de dólares, tomando datos del Banco Central y del Ministerio de Finanzas. Según Enrique Pita, de la Cámara de Construcción, el perjuicio por corrupción al país en el sector de la construcción sería de al menos 7 mil millones. Pone como ejemplo las denominadas plataformas financieras en donde, según indica, el metro cuadrado de construcción termina costando 2100 dólares, mientras que el costo normal, en edificios de primera generación, sería de 1200 dólares el metro cuadrado. Y eso por mencionar solo un ejemplo, cada día salen más y más casos.

En el caso de eliminar el subsidio a la gasolina, el precio del galón tendría que ajustarse entre 2.70 a 3.50 dólares aproximadamente. Aquí entonces cabe preguntarse ¿Qué le llevó al gobierno a considerar quitar el subsidio a los combustibles?

La respuesta sensata y que demostraría conocimiento de economía en la toma de decisiones del país, sería: «los subsidios crean distorsiones en la economía, además que alientan el contrabando». Sin embargo, eliminar los subsidios, tal como lo veo, no se hace por un conocimiento de sincerar la economía, sino ante la imperiosa necesidad de tapar la escandalosa situación económica que dejó 11 años del pasado gobierno, en donde se manejó los dineros de los contribuyentes con una sinvergüencería (por decirlo suave) y corrupción nunca antes vista en la historia del Ecuador.

Algunos dirán que no les importa los motivos morales con los que se toma la decisión de eliminar los subsidios, con tal  de que se lo haga. Yo digo que sí importan los motivos morales, pues un país donde su gente se esfuerza cada día para conseguir el sustento, es un insulto y una alcahuetería con los corruptos que se llevaron a manos llenas todo lo que pudieron.

Yo pensaría que si bien es correcto la eliminación de los subsidios, primero -y por obligación moral- Lenín Moreno y su gobierno deberían preocuparse de habilitar todos los mecanismos posibles para restituir al Estado los miles y millones de dólares perdidos en corrupción de la década pasada.

Caso contrario, solo tendremos a Lenin Moreno dirigiendo una «misión ternura» de socapar a sus excoidearios corruptos y demostrará el «estado cuántico» del que él tanto habla: pues por un lado, de palabra, dice luchar contra la corrupción, pero por otro lado, los corruptos seguirán disfrutando el dinero mal habido mientras los ecuatorianos como siempre, seguirán pagando de su bolsillo, tiempo y sudor la mesa que unos cuántos revolucionarios se sirvieron por 10 años y que ha dejado al país en una situación económica grave, incluso, luego de haber tenido la mayor bonanza petrolera de su historia.

Un consejo Lenín: antes de quitar los subsidios, recupere la plata de la corrupción de sus excoidearios y reduzca tanto impuesto, porque no es posible que cada vez se sangre más la economía de los ciudadanos desde el Estado.

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