Yo crecí en Urdesa

Mónica Jurado Béjar
Guayaquil, Ecuador

No hay nada mas gratificante que recordar la infancia y adolescencia tan llena de situaciones que nos hacen sentir tan bien.

Me embarga la satisfacción de haber crecido en un lugar donde sus calles eran nombres de árboles: Acacias, Bálsamos, Cedros, Dátiles, Ficus, Laureles, Guayacanes ¡y muchas calles más!

Recuerdo los parterres en sus diversas épocas, con flores y hojas y ciertos frutos caídos como almendras y mangos.

Nuestra ciudadela siempre fue un hermoso lugar para disfrutar y divertirse, tanto por el paseo por la Avenida Victor Emilio Estrada, como cuando parábamos en el «Frío Frío» y patinábamos alrededor del cine Maya.

No debíamos olvidarnos de ir la Iglesia Ma. Claret ó (redonda) los domingos, cuando sonaban las campanas y corríamos para llegar a tiempo.

Estoy muy feliz de ver que nuevamente surge nuestra ciudadela con una obra de mezcla de arte, gastronomía, y turismo.

Valdría la pena considerar la regeneración de la calle Guayacanes, desde el colegio Santo Domingo de Guzmán hasta Ave. Circunvalación, más conocida como las calles de los Shawarma, donde muchos estudiantes de colegios y universidad transitan diariamente disfrutando la caminata.

Podría convertirse en un corredor turístico y gastronómico ordenado. Gracias, Señor Alcalde, por hacer este cambio, de Urdesa un lugar maravilloso.

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