Asghar Farhadi: «No quiero alejarme de experimentar»

Foto Screen Daily

Los dos Óscar conseguidos por el iraní Asghar Farhadi no le han llevado al convencionalismo de otros directores aclamados por la comunidad cinematográfica internacional. Con 47 años, este influyente cineasta persa no huye de la heterodoxia, porque, como afirmó a Efe, «alejarse de experimentar es un peligro».

Farhadi impartirá un taller de inmersión cinematográfica en la región española de Navarra.

El cineasta rodó en España su última película, «Todos lo saben», que tuvo ocho nominaciones para los Premios Goya 2019, los principales galardones de cine españoles, y que cuenta en su reparto con los también oscarizados Penélope Cruz y Javier Bardem.

En este taller, los alumnos podrán realizar cortometrajes bajo la supervisión directa de Farhadi, un realizador que comenzó su carrera en el teatro y que prefiere seguir aprendiendo con el método de la «prueba y error», señala en una entrevista con Efe.

Pregunta: ¿Qué echa de menos del mundo del teatro que no le ofrece el cine?

Respuesta: Para mí, la diferencia más importante es que, cuando una obra de teatro está en el escenario, lo que veo yo como espectador es diferente de lo que ve el que está a mi lado o está sentado en unas filas de atrás. Cada uno lo vemos desde un ángulo definido muy diferente del cine.

En mis películas he intentado incluir esta especificación teatral de tal manera que cada espectador, según sus propios caracteres, vea la obra a través de una ventana diferente.

P: Ha situado el cine iraní en primera línea de la cinematografía internacional con sus dos Óscar a la mejor película de habla no inglesa («Nader y Simin, una separación» en 2011 y «El viajante» en 2017). ¿Los premios son importantes para un artista?

R: Los éxitos y los premios pueden tener más impacto en las películas que en el cineasta. Los premios ayudan a promocionar mejor las obras en diferentes partes del mundo y, por consiguiente, aumentar el número de los espectadores.

Aquí también reside un peligro para el cineasta, ya que los premios pueden alejarle del rumbo de «prueba y error», y que pase a estar siempre pendiente de satisfacer lo que se espera de él por tener premios y éxitos anteriores. Alejarse de experimentar es un peligro.

P: Ha grabado su última película en España. ¿Por qué eligió este país?

R: Lo que más me convenció era el tema de la obra, donde hay un conflicto entre la fe y la incredulidad, entre una persona creyente que tiene las manos tendidas al cielo y otra persona que tiene sus pies en la tierra. Para mí, España, quizás, después de mi país, era el mejor sitio para relatar esta lucha, ya que su historia ha sido siempre testigo de este conflicto.

P: ¿Son España e Irán tan diferentes como parecen o tienen algunas similitudes?

R: Las diferencias culturales entre Irán y España son mucho menos que la diferencia de cultura iraní con el resto de los países occidentales. Creo que en algunos asuntos como relaciones familiares y los sentimientos hay bastantes similitudes entre ambas culturas. Eso me ayudó mucho.

Pero la diferencia más destacada que descubrí entre ambas es que en la cultura iraní hay más misterio, lo cual se manifiesta en la poesía persa, y en la cultura española hay más obviedad.

P: Sus películas muestran a personas normales intentando superar situaciones límite. ¿Por qué tiende a adoptar este planteamiento?

R: Es cierto. En mis películas vemos gente sencilla en situaciones complejas. Inconscientemente, mis obras han seguido este rumbo. Estoy satisfecho de esto. Cuando la gente simple está atrapada en situaciones complicadas, nosotros como espectadores acompañamos a los personajes porque sentimos sus sufrimientos al involucrarse en una situación no deseada. Esto nos acerca más a los personajes y reduce la distancia entre la obra y el espectador.

P: ¿Le gustaría rodar otros géneros, como la comedia, por ejemplo?

R: Anteriormente, escribí guiones para películas cómicas y es posible que pueda experimentar con otros géneros, pero eso no va ha significar saltar de uno al otro, sino que en el mismo camino podría buscar otras experiencias.

P: Es uno de los iraníes más conocidos del mundo. ¿Siente la presión de esa responsabilidad?

R: Por mucho que quisiera ignorar lo que se espera de mí por el reconocimiento de mis películas tanto dentro como fuera de mi país, eso es una realidad. Siempre intento que esto no se convierta en una presión para mí y no perder el rumbo de mi trabajo. No quiero alejarme de experimentar. De vez en cuando realizo películas fuera de mi país para enfrentarme a un nuevo este reto, para ampliar mi mundo. EFE (I)

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