La operación libertad, ¿era para Venezuela o para Leopoldo López?

Samuel Uzcátegui
Quito, Ecuador

Después de los hechos del pasado 30 de abril, de toda la emoción que esto trajo al pueblo venezolano, y la creencia de que por fin llegaría el final de esta tragedia, comienzan las dudas sobre si la operación libertad era para que cayera la dictadura, o para que el líder opositor Leopoldo López volviera a las calles. Algunos reconocidos analistas políticos y periodistas internacionales dicho que lo que está haciendo López parece una campaña presidencial, y que incluso, está robándole el protagonismo al presidente interino Juan Guaidó. ¿Está mal que alguien que perdió su libertad por Venezuela y duró cinco años detenido, esté buscando que se le reconozca su lucha?

La Operación Libertad inició con una visión general positiva, hubo un quiebre en el círculo de la dictadura, el régimen nuevamente se quitó su máscara, reprimió vilmente a toda una población y,  lo más significativo es que Washington agudizó su discurso y le dio un nuevo enfoque a la frase de que “Todas las opciones están sobre la mesa”. También, la dictadura perdió a su más emblemático preso político, Leopoldo López. La presencia de López, representante de las protestas del 2014, quien perdió su libertad por ello y tuvo que soportar torturas, es lo que el venezolano necesitaba para recobrar esperanzas y salir a las calles a protestar. Pero, la noche cerró con el dictador en Miraflores, después de recibir un espaldarazo de Rusia.

En la desesperación de un pueblo hambriento, a oscuras y con miedo de ser reprimido, las críticas inician y cada día que pasa, se empiezan a buscar culpables sobre por qué una dictadura tan débil como la de Maduro se mantiene en el poder. López vuelve a la calle, da ruedas de prensa, afirma que ha trabajado desde su casa y se muestra como la cara oculta de la lucha detrás de todo lo que ha hecho el gobierno de Juan Guaidó en los últimos tres meses. Pareciera que el fundador de Voluntad Popular está intentando recuperar poder político y con ello inician las críticas de los inconformes sobre si la Operación Libertad era para liberar a Venezuela o liberar a Leopoldo López.

Los venezolanos estamos acostumbrados a sentirnos decepcionados después de las protestas porque sentimos que no se logró nada. Con los hechos del 30 de abril, sentimos que se logró mucho más de lo que esperábamos, pero no se logró el objetivo final. La desesperación del pueblo venezolano y lo habitual que se nos ha hecho fracasar nos produjo una total falta de confianza ante todo lo que pasa y a veces pienso que cuando caiga la dictadura, ni eso nos vamos a creer. Siempre estamos pensando en que nos van a engañar, y cuando se nos presenta la oportunidad del cambio, dudamos de ello y caemos en criticar a los encargados de la lucha contra la dictadura, en vez de al dictador.

Es mejor pensar que López es más peligroso para el régimen en las calles que preso injustamente, verlo como un poderoso aliado y tomar en cuenta su gran poder de convocatoria que aportará positivamente al cese de la usurpación. ¿Le está quitando protagonismo a Guaidó? En mi opinión, no, pero si está buscando que se le reconozca a su lucha y de alguna manera quiere recuperar todo lo que perdió durante su encarcelamiento, entre eso, el cariño de la gente. Es evidente que cuando lleguen las elecciones libres, López será candidato presidencial, y los hechos del 30 de abril influyeron significativamente en la percepción que tenía el venezolano promedio sobre él y termine siendo el próximo presidente de Venezuela.

Después de que se dijo que negoció con el régimen para conseguir su arresto domiciliario y esa enorme campaña que busco manchar su imagen, era necesaria una maniobra como la de la Operación Libertad para que se recuperará su imagen pública. A los venezolanos se nos hace difícil verle lo positivo a una jornada donde cinco personas fueron asesinadas y más de cien heridos por la represión, pero hay que tomar en cuenta que se logró mucho y que si les quitamos el apoyo a los dirigentes encargados de la lucha, todas esas muertes serán en vano y que a pesar de que criticar constructivamente está bien, en momentos como este, destruir y atacar directamente a López o al presidente Guaidó es hacerle el juego a la dictadura.

Duele que el pueblo sea usado como carne de cañón, duele que Maduro se mantenga en el poder, duele que todavía existe gente que defiende a la dictadura y duele aún más que se siga creyendo que un pueblo con piedras y algunos militares pueda luchar ante los colectivos paramilitares y los aún leales al régimen.

Toca verle lo positivo a las cosas, prestar atención al radical cambio de discurso de Washington, a las reuniones de Bolton con Pompeo, a la llamada telefónica de Trump con Putin y desafortunadamente, ver como nuestro dolor y nuestro pueblo es utilizado como ficha de negociación entre potencias mundiales para lograr nuestra libertad. La Operación Libertad siempre fue para Venezuela y desencadenó todos los hechos que terminarán en la inminente liberación del país. López es parte de ello y hay que agradecérselo, ya existirá el momento para criticarle si fue ético lo que ha hecho estos días o no, pero mientras tanto, mantenerse unido en esta causa para lograr el cese de la usurpación es lo que el pueblo venezolano necesita, y si nos separamos en momentos decisivos como estos, inconscientemente le estamos haciendo el favor a la dictadura y debemos recordar que, como dijo alguna vez Maruja Torres: “a las dictaduras les pasa lo que a las bicicletas; si se paran, se caen” y está en nosotros decidir si queremos que esta dictadura siga, o si apoyamos a los que hacen lo posible por hacerla caer.

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