El estilo femenino domina la semana de la moda de hombres en París

Backstage at Loewe Men's Spring 2020

Loewe presentó este sábado en París su colección de hombre primavera-verano 2020, dentro del minimalista auditorio de la Unesco, en el que la firma española apostó por la abstracción y el exotismo con caftanes, túnicas y joyería a modo de tótem.

Este fue el segundo desfile de hombre de la marca, que hasta el año pasado se limitaba a mostrar sus propuestas masculinas en limitadas presentaciones dentro de sus oficinas en París, pero el creciente interés en la línea los ha llevado a apostar por una puesta en escena que dé más espacio a la ensoñación.

Y de eso iba precisamente la colección que creó su diseñador, el norirlandés Jonathan Anderson: un paisaje de fantasía y abstracción en el que romper con los prejuicios que aún salpican a la moda.

«Creo que estamos tan bombardeados de información que el escapismo es importante. Por mucho que tengamos que estar al tanto de lo que pasa en el mundo a veces es bueno soñar un poco, por eso me sorprende que siga habiendo tantos prejuicios en este siglo sobre la ropa«, dijo Anderson a la prensa tras el desfile.

Fue una colección para hombres nómadas -o que aspiran a serlo-, en la que Loewe presumió de artesanía y recurrió a nuevos saberes: el algodón rojo y blanco que bordó los caftanes fue realizado a mano en Bangladesh; la tela índigo tejida y teñida a mano provenía de Burkina Faso; y la gasa de algodón perforado y el lino azul vaquero de Japón.

Model on the catwalk

Con ello propuso siluetas alargadas y armoniosas que juegan con texturas volumétricas: un enorme poncho de lana se superpone a las camisas y pantalones fluidos, el ante en color oro se mezcla con telas locales en las túnicas, y el satén se utiliza para resaltar una americana con solapa de pico de dos botones.

El particular sueño de una noche de verano de Anderson se erigió en esta colección particularmente «zen» con mocasines de paja, calzado náutico y sandalias entrelazadas de ante para disfrutar del verano al aire libre.

El norirlandés, que asegura que la marca se encuentra en «un muy buen momento», sigue defendiendo las raíces españolas de Loewe, especialmente visibles en esta ocasión en botas de cordones con franjas de alpargata.

La marroquinería, un pilar constante para la marca, trajo un nuevo modelo, la mochila «Shopper Backpack», un bolso en piel de becerro que se puede llevar también como mochila, y volvió a presentar el bolso de tendencia de las últimas temporadas, el «Puzzle», pero en una piel más flexible.

«El punto de partida de la colección fueron los años 70 donde la firma Loewe vivió su gran momento. Por mucho que sea moda, al final hay que mantenerla dentro de las tradiciones de la marca. Siento que se trata de mejorar el pasado pensando en lo que debería ser el futuro», dijo Anderson.

A sus 35 años, Anderson, que en sus redes sociales no ha dudado en hacer públicas sus ideas políticas -como su oposición radical al «brexit»-, parece encontrar en la moda esa abstracción a la presión social y artística que lo rodea y pese a sus estrafalarias propuestas, es raro verlo fuera de un uniforme de prendas básicas.

Con el cabello despeinado y el semblante serio, salió a saludar tímidamente, un tanto cabizbajo, para entregarse después durante cinco intensos minutos a la prensa, con la que pareció disfrutar divagando sobre las ideas y los detalles que encierra esta colección.

«Me gusta pensar en esta colección como una escapada soñada donde todo se vuelve abstracto. Quizás en estos momentos la abstracción sea la mejor forma para que todo siga bien», dijo Anderson.

María D. Valderrama, EFE

 

Más relacionadas