La Asociación China de Fútbol (CFA, la federación nacional) anunció hoy la suspensión hasta nuevo aviso de todas las competiciones a nivel nacional, incluida la máxima división liguera, la Superliga, debido al brote de neumonía causada por un nuevo coronavirus que ya ha dejado al menos 170 muertos.
En un breve comunicado en su página web, la CFA indicó que «para cooperar con la prevención y el control» del brote y «para garantizar la salud» de jugadores, empleados y aficionados, se pospondrá el comienzo de la temporada 2020 para «partidos de fútbol de todos los niveles en el país».
Estaba previsto que esta nueva temporada arrancase el 22 de febrero.
El organismo no estableció calendario alguno para las competiciones y se limitó a apuntar -al igual que el resto de instituciones del país que han anunciado cierres o suspensiones de servicios- que la información al respecto «se publicará de forma oportuna».
La federación china afirmó que seguirá en «contacto cercano» con las autoridades nacionales y que se establecerá un calendario para las competiciones con los ajustes necesarios según se desarrolle el brote en las diferentes regiones del país.
Finalmente, la Superliga china -que consiguió notoriedad mundial desde hace un lustro por sus fichajes de estrellas por precios y salarios desorbitados- no podrá comenzar, y ayer la CFA anunció que los equipos de esa división que participan en la Liga de Campeones asiática jugarán fuera los primeros tres partidos que tenían previsto disputar en sus estadios.
En la primera división china se encuentra el Wuhan Zall, equipo de la ciudad de Wuhan, epicentro del brote y capital de la provincia de Hubei.
Esta escuadra está dirigida por el español José González y llegó anoche al aeropuerto de Málaga para continuar en el sur de España con su concentración de pretemporada, levantando algunos temores que las autoridades sanitarias españolas se encargaron de disipar, pues el equipo llevaba entrenando fuera de Wuhan desde el 4 de enero, superando ampliamente así el período de incubación.
José González aseguró, en declaraciones a los periodistas, que su estancia en España «no supone un peligro para nadie». EFE