Alex Saab, el hampón desconocido

Samuel Uzcátegui

Quito, Ecuador

Dentro de una banda criminal, usualmente los que son parte de la palestra pública son los jerarcas. Los servidores y el séquito de aquellos en una posición de liderazgo pasan desapercibidos. Tras bambalinas, hay quienes mueven las fichas y cuya importancia es vital para el subsistir de tal organización. Personas que están dispuestas a hacer el trabajo sucio con el objetivo de escalar en la cadena de mando y asumir mayores responsabilidades.

Eso es Alex Saab para la dictadura de Nicolás Maduro. Un hombre que distintos medios de comunicación han tratado de traer a la conversación a través de investigaciones desde hace varios años, que ha sido sancionado por una comisión de 16 países y cuyo lazo con el chavismo es innegable, pero sigue siendo un desconocido para muchos. Por tal razón, es importante resaltar su importancia y el daño que le hace al régimen la detención de Saab en Cabo Verde y su posible extradición a Estados Unidos.

La relación de Alex Saab con el chavismo se remonta al 2011, donde recibió un contrato de $600 millones de dólares para importar casas prefabricadas desde Ecuador. Para sorpresa de nadie, conociendo el historial de los mandatarios de Ecuador y Venezuela para la época, no se entregaron ni la mitad de las casas, pero el dinero sí fue cobrado. La facilidad con la que Alex Saab llegó al círculo del chavismo fue porque su socio, Álvaro Pulido, es amigo de la senadora colombiana izquierdista Piedad Córdoba. Córdoba recomendó a sus compatriotas en el Palacio de Miraflores y les abrió la puerta a mil millonarios negocios y a un mar de oportunidades para enriquecerse. Según la periodista Sebastiana Barráez, en reuniones de la elite chavista la política colombiana presentaba a Saab como su sobrino. El silencio de Córdoba ante el panorama actual y su inexistente defensa ante tales acusaciones habla por sí solo.

Desde allí, todo ha sido fiesta para Saab: millones obtenidos abusando el sistema de control cambiario, obras públicas, importación de putrefactos alimentos con sobreprecio para las cajas del CLAP, contratos con PDVSA, narcotráfico y transacciones ilegales de oro y carbón. En cualquier frente de la economía del país está Saab, embolillándose el dinero de los venezolanos. Con el pasar de los años, escaló rápidamente en los círculos del chavismo hasta convertirse en uno de los actores más importantes del grupo, diseñando maquinarias para evadir las sanciones estadounidenses y establecer una ruta para que el dinero llegue a manos del chavismo, con empresas que representan más del 80% de las contrataciones que hace Maduro y siendo también el ilustre negociante que llega a acuerdos con países aliados en nombre del régimen.

Nada de esto me lo estoy inventando, todo fue destapado por una investigación del medio Armando.Info que sigue de cerca el historial del ladrón Saab, porque me rehúso a llamarlo empresario, desde hace un par de años. Los periodistas fundadores del medio Roberto Machín, Joseph Poliszuk, Ewal Sharfenderg y Alfredo Meza pagaron con el exilio el hecho de meterse con alguien tan poderoso como Saab, luego de ser demandados por injuria agravada y posteriormente perseguidos por la justicia venezolana. Aun así, dirigiendo las investigaciones del medio desde Bogotá, siguen siendo uno de los principales portales insignia del buen periodismo venezolano.

Tras ese breve salto al pasado para conocer el historial criminal del hampón, volvamos a lo actual. Un hombre que convirtió el hambre y la necesidad de los venezolanos en un lucrativo negocio, que lleva años siendo un personaje importante de la dictadura, fue arrestado en Cabo Verde y existe la posibilidad de que sea extraditado a Estados Unidos, donde puede ser juzgado por su historial de lavado de activos en la nación norteamericana. La detención ocurrió luego de que su avión privado hiciera una parada allí antes de llegar a Irán, uno de los principales países aliados de Nicolás Maduro.

La importancia de este arresto es tal que incluso el falso canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, publicó un texto donde denuncia el arresto de Saab y lo etiqueta de “agresión”. Arreaza lo llama ciudadano venezolano y dice que, al ser un agente del (falso) gobierno venezolano, Saab goza de inmunidad diplomática. También, el comunicado da la confirmación oficial que Saab sí está implicado en la importación de alimentos e incluso le adjudica un nuevo negocio, que es el de importar medicinas e insumos médicos para la atención de la pandemia. Pasaron de negar por años las investigaciones de los Armando.info y sus nexos con Saab, a ahora catalogarlo como agente del gobierno y defenderlo a capa y espada.

Vamos por partes. Primero, Saab es colombiano de nacimiento y no tiene ningún tipo de nexo familiar con Venezuela, lo que significa que el régimen le dio la nacionalidad. En un país donde obtener cualquier tipo de documento es un calvario y una odisea burocrática para el ciudadano común, la dictadura les entrega la nacionalidad a sus aliados extranjeros sin limitación alguna. Esas son las prioridades. Segundo, el cuento de la inmunidad diplomática ya le funcionó al chavismo una vez, luego de que el militar Hugo Carvajal fuera detenido en Aruba en el 2014 por sus nexos con el narcotráfico en Estados Unidos, y posteriormente recibiera la libertad al gozar de inmunidad diplomática por su cargo de cónsul general de Venezuela en la isla caribeña.

Ahora, el panorama se repite ya que Saab cuenta con el respaldo público del régimen y, por ende, de China y Rusia, sus principales aliados ideológicos, por lo que se aproxima una encrucijada diplomática y un juego de poderes entre las potencias para ver qué ocurrirá con el detenido. El canciller usurpador Arreaza trató de llegar a Cabo Verde y se le negó el acceso al espacio aéreo, por lo que se cree que el país africano al ser un Estado democrático y con buena relación con Occidente, no permitirá que Saab salga impune. Lo que demora el traslado del criminal a Estados Unidos es la ausencia de una política de extradición con Cabo Verde, por lo que el trámite puede demorarse un par de días y el régimen agotará todos los medios hasta encontrar la forma de liberarlo.

Que lo ocurrido con Hugo Carvajal no se repita, los venezolanos merecemos justicia y ver la imagen de Saab con su respectivo uniforme naranja será revitalizador. Uno por uno veremos caer a todos los hampones que hicieron parte de la dictadura y se llenaron los bolsillos a costas del dolor del pueblo venezolano. Ya cayó uno de los peces grandes, ahora faltan sus jefes.

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