La NOC responsabiliza a Emiratos de bloquear la industria petrolera en Libia

ARCHIVO - Un hombre camina frente al Tadawul, la bolsa de valores saudita, en Riad, Arabia Saudí, el 15 de enero de 2015. El reino anunció el 25 de abril de 2016 un plan estratégico a 15 años con el que Arabia Saudí busca el resurgimiento económico del reino y disminuir su dependencia en el petróleo. (AP Photo/Hasan Jamali, Archivo)

La Compañía Nacional libia del Petróleo (NOC) acusó hoy a Emiratos Árabes Unidos (EAU) de ser el responsable del bloqueo que desde enero paraliza la industria libia y que ha reducido de casi un millón a unos 100.000 barriles su producción diaria.

En un comunicado difundido hoy, este organismo vinculado al Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en Trípoli (GNA) aseguró que el gobierno de Abu Dhabi «ordenó al Ejército Nacional Libio (LNA) cerrar la producción» de la única riqueza que explota el país.

La acusación no ha recibido respuesta hasta el momento de EAU ni de la LNA, la fuerza que dirige el mariscal Jalifa Hafter, tutor del gobierno no reconocido en el este y hombre fuerte del país.

Y se produce apenas 24 horas después de que las autoridades en la ciudad oriental del Tobrouk hicieran una excepción y autorizaran al petrolero Kriti Bastion a llenar sus tanques en el puerto de Sidrá, en la primera exportación petrolera desde el golfo de Sirte en seis meses.

El pasado 8 de jlulio, la NOC ya había pedido a todas las partes en conflicto que facilitaran la reapertura de los puertos situados en el citado golfo, corazón de la industria de hidrocarburos en el país.

En un comunicado difundido a través de las redes sociales, la compañía subrayó que el cierre, que dura ya 171 días, ha supuesto la pérdida de unos 6.500 millones de dólares.

«Pedimos a las partes en conflicto que permitan el levantamiento del estado de fuerza mayor» y exigimos la salida inmediata del mismo de todos los milicianos y mercenarios extranjeros, subrayó la NOC.

Horas después, la Fuerza de Protección de las Instalaciones Petrolera, la milicia que controla el puerto, reafirmó su decisión de mantener el control del puerto y advirtió a la compañía y al GNA de las «serias consecuencias» que sufrirían en caso de intentar que le petrolero cargara.

Considerado uno de los más importantes del país, con una capacidad de 447.000 barriles diarios, el puerto de Sidrá esta gestionado por el consorcio Waha, cuya propiedad se divide entre 59.18% para la NOC, 16.33% para Total, 16.33% para ConocoPhillips y 8.16% para Hess.

Además de Sidrá, los puertos orientales de Ras Lanuf, Brega, Zueitina y Hariga, situado también en el golfo de Sirte, se encuentran desde enero en «estado bajo fuerza mayor» -lo que permite que las obligaciones contractuales sean ignoradas- debido a un bloqueo impuesto por milicias aliadas con el mariscal Hafter.

Tampoco la terminal de Zawia, en la costa occidental, exporta desde hace semanas crudo debido al bloqueo del yacimiento petrolero de Al Sharara, el más importante del país.

Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los distintas milicias rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.

La enfrentamiento fratricida se recrudeció a finales de 2015 como consecuencia del fracaso del plan de paz diseñado por la ONU, que dejó el país divido en dos partes con dos gobiernos enfrentados, el citado GNA y el no reconocido que tutela en la el este el mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte del país.

Los combates se repiten con extrema intensidad en el oeste del país desde que hace quince meses el referido oficial levantara un cerco para tratar de conquistar la capital.

Desde entonces, han muerto más de 1.800 personas -cerca de 400 de ellas civiles-, alrededor de 20.000 han resultado heridas y cerca de 200.000 se han visto obligadas a abandonar sus hogares y convertirse en desplazados internos.

Los combates en torno a la capital han convertido el conflicto en un enfrentamiento multinacional, totalmente privatizado, librado por milicias locales y miles de mercenarios extranjeros llegados principalmente de Siria, Sudán, Chad y Rusia. EFE

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