Bardem y las minorías

Diego Montalvo

Quito, Ecuador

La ceremonia de los Premios Óscar es siempre un evento donde el mundo pone sus ojos hacia las películas nominadas, sus actores y directores. La lista a veces puede defraudar o, para los buenos cinéfilos y críticos del Séptimo Arte, puede resultar también bastante aceptable. En esta nueva lista de los Premios Óscar de la Academia del 2022 el fantasma de lo políticamente correcto parece haberse disipado. El poder del perro, Drive My Car, Being the Ricardos y Madres paralelas, encabezan la lista como las favoritas.  

Javier Bardem es indiscutiblemente una de las figuras actorales más influyentes. En Being the Ricardos interpreta el papel de Desi Arnaz, un cubano-estadounidense que cambió la televisión americana en calidad de actor y músico. Las críticas recayeron sobre Bardem tras interpretar a un cubano —y no haberle dado este papel a un latino—. La revista Variety lanzó críticas contra Bardem al exponer: “»No es cubano y no debería haber desempeñado ese papel. Su inclusión en la película realza el problema actual de la representación latina en Hollywood». Este texto, sin embargo, desconoce no sólo la trayectoria de Bardem sino que resulta interesante ver cuántos personajes españoles hay en películas norteamericanos y realmente su participación es prácticamente nula.   

Sería interesante, sin ninguna duda, ver a Bardem en Hollywood actuando como español más allá del Capitán Salazar en Piratas del Caribe. El tema es que si condenamos a lo español desde un lado postconquista y de discursos marcados por los complejos hacia lo que es España y la falsa idea de la inclusión y de las “minorías” que realmente buscan cargarse la forma de hacer arte, no podríamos entender los contextos. Por ejemplo, sería igual bueno hacer una crítica sobre Andy García que ha interpretado a un ítaloamerciano en la tercera entrega de El Padrino o actuando como italiano en La Pantera Rosa 2. En ese sentido, Cameron Díaz o Salma Hayek no podrían interpretar papeles de estadounidenses la una por ser de origen mexicano y la otra de origen cubano.

Las lógicas progresistas demuestran una rotunda ignorancia hacia el arte de la actuación. El actor, por el simple hecho de serlo, es excelente cuando se mete en su papel tan bien que modela su acento, “cambia” su origen para adoptar al de la persona a quien interpreta, así como recrear poses y gestos (más si fue un personaje real). Siendo justos, Henry Cavill no podría ser Superman por no haber nacido en Cripton ni tampoco E.T.  sería correcto porque no lo personifica un alien de verdad.

Javier Bardem actuó como Reinaldo Arenas en Antes que anochezca película basada en la autobiografía del escritor, poeta y dramaturgo cubano —que dicho sea de paso también le valió la nominación al Óscar a Mejor Actor en 2001— junto a Johnny Depp en el papel de Bon Bon. En ese sentido, Bardem ha mostrado mucho a través de personajes “de minorías” desde visiones crueles como la represión hacia la homosexualidad en la dictadura cubana. En No es país para viejos el español muestra, en su rol de Anton Chigurh, como se vive en la frontera de Estados Unidos y México asolada por el narcotráfico como una fuerte crítica social. Así mismo, Antonio Banderas en Philadelphia hace el papel de un americano homosexual, desapegándose de su nacionalidad española y mostrando un lado tenaz sobre la discriminación.

Fuera de España, Javier Bardem deja de ser español, pero esto no le vuelve acomplejado, sino que, por el contrario, es un actor que se renueva en diferentes papeles, volviéndole en extremo versátil. Las peleas con barro se vuelven cotidianas por buscar posicionar discursos que más bien destrozan el arte en lugar de mejorarla por una falsa idea del “discriminado” donde más bien reina la victimización que es una bandera populista de los dogmas de moda.

Mientras los progresistas se reviran el hígado porque Bardem está nominado a un Óscar por un papel latino, España se regocija por un nuevo triunfo en su actor favorito, que arrasó en los Goya, siendo ya consagrado como uno de los más grandes en la historia del cine hollywoodense y español. 

Bardem en Biutiful
Daniel Craig y Javier Bardem en una escena de Skyfall

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