La Cámara Baja de EE.UU. aprobó este sábado una medida provisional para financiar al gobierno federal durante 45 días y evitar el cierre inminente de la Administración a media noche, una norma que tiene que aprobar también el Senado, de mayoría demócrata.
La propuesta fue anunciada esta mañana por el presidente de la Cámara Baja, el republicano Kevin McCarthy, y obtuvo un total de 334 votos a favor, 209 de congresistas demócratas y 125 de republicanos, que cuentan con la mayoría en la Cámara de Representantes.
Un total de 91 republicanos votaron en contra, muchos de ellos pertenecientes al grupo de afines al expresidente Donald Trump, que se agrupan bajo el «Freedom Caucus» (El Caucus de la Libertad) y también conocidos como MAGA, quienes mantienen su pulso con McCarthy por considerarlo demasiado moderado.
«No quiero ser parte del equipo que cree que la única opción es cerrar y no pagar a nuestras tropas», afirmó McCarthy en una rueda de prensa tras la votación. Prefiere, añadió, «ser parte de un grupo conservador que quiere que las cosas se solucionen».
Por su parte, el líder de la minoría demócrata en la Cámara Baja, Hakeem Jeffries, afirmó que en las últimas 24 horas se ha pasado de «recortes devastadores que habrían impactado la seguridad sanitaria y el bienestar económico del pueblo estadounidense» a «un acuerdo de gasto que satisface las necesidades del pueblo estadounidense en todos los ámbitos».
«Los extremistas republicanos de MAGA (nombre dado por el «Make America Great Again», lema que el expresidente Trump utilizó en su primera campaña electoral) han perdido. Fue una victoria para el pueblo estadounidense y es una rendición completa y total», afirmó.
La norma tendrá que ser ahora votada en el Senado, de mayoría demócrata, que tiene antes de media noche para evitar un cierre del Gobierno que tendría severas consecuencias para el funcionamiento del Ejecutivo y también para su economía.
Precisamente el Senado estaba preparándose para votar una norma propia que también buscaba evitar temporalmente el cierre de Gobierno, pero finalmente votarán, previsiblemente en las próximas horas, la ley aprobada en la Cámara Baja.
El líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, no ha dicho todavía cuándo se votará el proyecto, mientras los senadores republicanos están dando señales de que saldrá adelante: «Hay una creciente esperanza de que podamos evitar un cierre», afirmó el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell.
La medida de hoy, una vez que se apruebe en el Senado, permitirá que haya flujo de dinero en las agencias gubernamentales hasta mediados de noviembre y también mantendrá los fondos para la recuperación de desastres naturales, pero no incluirá nuevos fondos para Ucrania ni tampoco para la frontera.
Estos dos eran los puntos de mayor fricción entre demócratas y republicanos y finalmente McCarthy apostó por sacarlos del tablero de juego para lograr un apoyo bipartidista, pese al rechazo de los radicales de su partido.
A partir de esta media noche, la Administración pública se quedaría sin fondos y se produciría el cierre de la mayoría de las agencias gubernamentales, museos y parques nacionales, mientras que 1,3 millones de militares y cientos de miles de funcionarios dejarían de percibir su salario.
Además, según Goldman Sachs, el cierre podría afectar a la economía estadounidense, reduciendo el Producto Interno Bruto (PIB) entre 0,15 y 0,2 puntos porcentuales por cada semana que dure.
McCarthy intentó el viernes sin éxito aprobar un proyecto de ley que habría financiado a la Administración por un mes adicional, hasta el 31 de octubre, pero que contenía límites a programas de asilo y recortes a todas las partidas, excepto a la de seguridad fronteriza.
En contra de ese proyecto votaron los demócratas, que se oponen a esas provisiones sobre la frontera, y los republicanos del ala dura, que rechazan cualquier medida para mantener operativa la Administración y siguen las instrucciones de Trump, quien esta semana los instó a resistir y provocar el cierre del Gobierno.
Muchos miembros del «Freedom Caucus» se opusieron a nombrar a McCarthy como líder de la mayoría republicana en la Cámara Baja en enero e, incluso, establecieron condiciones para su nombramiento, incluido un cambio de las reglas para que cualquier republicano pueda convocar una votación para destituirlo.
En junio, cuando EE.UU. estaba al borde de un incumplimiento de su deuda soberana, McCarthy llegó a un acuerdo con el presidente Joe Biden mediante el cual el Congreso permitió que el Ejecutivo siguiera tomando dinero prestado para sus deudas, pero a cambio de límites específicos en el gasto gubernamental.
Los legisladores afines a Trump se sintieron traicionados por ese acuerdo y ahora están pidiendo más recortes. En concreto, buscan establecer un límite de gasto público de 1,47 billones de dólares para el año fiscal 2024, lo que supone 120.000 millones de dólares más en recortes de lo acordado. EFE