Arrancó la campaña

Alberto Molina Flores

Guayaquil, Ecuador

Muchos ciudadanos legítimamente optan por la política, incluso hacen de la política su profesión; esta actividad debería ser vista como un deber cívico de entrega a una noble causa, para servir a la colectividad dejando la tranquilidad personal para correr riesgos, alejándose de la familia, sin cálculos y sin esperar réditos económicos ni ascensos sociales, peor reconocimientos y recompensas; esto es el deber ser.

En la práctica, para muchos, el ser político y practicar la política es totalmente diferente; llevan el germen de la corrupción, al  ganar las elecciones  creen que es suficiente motivo para abusar del poder y exigir prebendas y canonjías sin pudor; para tener derecho a vehículo personal, chofer, guardaespaldas, jugosos viáticos, viajes, honores e impunidad; es buscar el atajo para enriquecerse rápidamente, recibir honores inmerecidos y hasta condecoraciones y aplausos por obligaciones que deben ser cumplidas, eso es como aplaudir al cajero automático porque sacamos nuestro propio dinero.

El 5 de este mes arrancó la campaña electoral, aunque hace rato ya los candidatos estaban en campaña, esa mala práctica está prohibida por ley, pero en nuestro país, “las leyes se acatan pero no se cumplen” y no pasa nada. A partir de la fecha señalada los ciudadanos estamos verdaderamente “atormentados” y obligados a escuchar las fantasiosas ofertas de campaña; unos candidatos no saben de lo que hablan, sobre todo en lo referente a seguridad ciudadana (una de las demandas más importantes), otros candidatos dicen no ser políticos, como que esa afirmación les librara de su mala reputación.

Los partidos políticos y los candidatos deberían esforzarse por dignificar la palabra política, que no sea una mala palabra y sobre todo que el ser político no sea una vergüenza.

El Fondo Partidario Permanente, que se entrega a los partidos políticos, desgraciadamente no cumplen con la obligación de destinar el 70% de esos recursos para formación política de sus militantes, investigación y publicaciones; algo insólito, se conoció que un partido había colocado ese dinero en pólizas de acumulación; otro, para pagar los gastos de una operación de una militante, sin que pase nada.

El Fondo de Promoción Electoral, es un monto económico que el Estado destina a las organizaciones políticas que participan en las elecciones, para el efecto se establece que “Las organizaciones políticas o la candidata o candidato que hayan recibido financiamiento del Estado a través del Fondo de Promoción Electoral, deberán reintegrar el 50 % de los valores y montos entregados por el Estado luego de la segunda elección cuando la o el mismo candidato no obtenga al menos un 4 % de los votos válidos en la respectiva dignidad, binomio o lista, según corresponda”.

Esto nadie cumple, es un simple saludo  a la bandera; más bien, deberían devolver todo el monto asignado para la campaña y el porcentaje debería ser el 4% del número firmas que presentaron para la aprobado de su organización política.

Los ciudadanos tenemos en nuestras manos el voto como un arma poderosa para defender la democracia y las libertades, y castigar la rapacidad de quienes quieren volver al saqueo. La oferta de candidatos da pena especialmente para la Asamblea es tristemente pobre, basta ver la calidad de legisladores que tenemos, sin siquiera ruborizarse 99 pretenden ser reelegidos.

Luisa González, candidata del correísmo, en un acto proselitista por inicio de campaña electoral el pasado, 5 de enero de 2025. Foto tomada en la cuenta oficial de González en X.
Luisa González, candidata del correísmo, en un acto proselitista por inicio de campaña electoral el pasado, 5 de enero de 2025. Foto tomada en la cuenta oficial de González en X.

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