
Guayaquil, Ecuador
Nuestro planeta tierra vive un proceso de implosión que al paso que va puede destruir el planeta o cambiarlo a formas que no podemos imaginar.
Evaluado en conjunto el sistema terráqueo se está autodestruyendo y va más allá del cambio climático, ahora son las guerras desatadas por las naciones más poderosas del orbe motivadas por una mezcla explosiva de intereses económicos, geopolíticos, tecnológicos, supervivencia, teológicos y pasiones histéricas históricas.
La invasión de Rusia a Ucrania como respuesta del acercamiento de esta a Europa y como parte de la ejecución del objetivo de dignidad nacional ruso de recuperar su importancia imperial zarista enriquecida ideológicamente con el socialismo soviético de la URSS para superar el agravio de la caída del muro de Berlín y sus consecuencias.
El desarrollo de los planes nucleares de Irán y su teocracia fundamentalista obsesionada con destruir a Israel por cualquier medio utilizando especialmente sus brazos armados en Líbano (Hezbolá), Palestina (Hamas) y Yemen (los Huties).
La estrategia de Irán de mantener un proceso permanente de negociación sobre su plan nuclear mientras enriquecía uranio para lograr la calidad para construir un artefacto nuclear y distraía a Israel con los ataques de sus brazos armados no le funcionó con Israel y este atacó de forma preventiva contundente para parar la amenaza nuclear y debilitar el régimen del ayatola.
La gestión disruptiva e impredecible del presidente Donald Trump queriendo imponer la filosofía del destino manifiesto de la colonia norteamericana y sus tácticas transaccionales en lo económico pateando el tablero del comercio internacional, así como sus políticas domeésticas violentas y su estilo estridente de comunicación añaden otro componente implosivo al comportamiento terráqueo.
La pausada pero contundente estrategia del imperio Chino del capitalismo de estado con una estrategia milenaria de sabiduría oriental consolidando su poderío económico, tecnológico y militar es otro componente de este cocktail que genera temores particularmente en los Estados Unidos de Norteamérica y Rusia.
Europa se despierta lentamente a estas realidades con enormes amenazas y con serios atrasos agravados por excesos regulatorios que son anclas para el despegue de las iniciativas necesarias.
Todos estos componentes que surgen de adentro de nuestro planeta no de ninguna invasión interplanetaria nos pueden llevar a que algún desquiciado con poder aplaste el botón equivocado y se genere un vacío que causa una implosión planetaria que afecta a toda la humanidad.
Ojalá se imponga la cordura y sensatez de los que tienen ese poder destructivo.
