BEIRUT (AP) — Las fuerzas sirias capturaron una aldea norteña hasta ahora en poder de los insurgentes tras cuatro días de lucha, en los que más de 40 personas perecieron y múltiples viviendas y comercios fueron saqueados e incendiados, informaron activistas.
Fue el último episodio en una larga cadena de bolsones de la oposición que han sufrido el asalto inmisericorde del ejército sirio.
Los activistas indicaron además que enfrentamientos entre unidades del ejército sirio y los insurgentes tuvieron lugar en el centro y este del país.
La nueva ola de violencia sobrevino al día siguiente que el presidente Bashar Assad anunció haber aceptado un plan de seis puntos de las Naciones Unidas para solucionar la crisis insurgente que comenzó hace un año, incluyendo una tregua.
Los Comités Locales de Coordinación dijeron que hay muchos cadáveres sin identificar y heridos en las calles de Saraqeb, el reducto norteño insurgente capturado por el ejército tras una ofensiva de cuatro días que comenzó el domingo.
Al igual que en otras ciudades y aldeas capturadas recientemente por el ejército, las fuerzas sirias dejaron tras sí un reguero de muerte y destrucción.
Los CLC y otro grupo activista, el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, con sede en Londres, dijeron que centenares de casas y comercios de Saraqeb fueron saqueados e incendiados, y que la mayor parte de los residentes huyó junto con los insurgentes.
El activista Fadi al-Yassin dijo en la provincia norteña de Idlib que el ejército controla ahora la totalidad de Saraqeb. Agregó que los desertores de las fuerzas de seguridad que forman el Ejército Sirio Libre ofrecieron una enconada resistencia el primer día pero luego se replegaron por temor a que la ciudad sufriera mayores daños materiales.
«Huyeron porque no había forma de resistir el avance de la poderosa fuerza militar del régimen», dijo en una conversación telefónica mantenida vía satélite.
Saraqeb se encuentra en la carretera principal a la norteña ciudad de Alepo, y cuenta con una activa presencia del ESL. Los insurgentes la utilizaron como base para atacar en las inmediaciones los convoyes del ejército.
La información detallada sobre la realidad en la aldea es limitada, dado que está rodeada por el ejército.
«La situación es muy dura, y es difícil llegar allí para averiguar lo que ocurre realmente porque el ejército controla por completo la ciudad», dijo al-Yassin.