La excusa Siria
Joaquín Hernández
Guayaquil, Ecuador
No hacer nada en Siria por parte de las potencias occidentales parece ser hasta el momento la mejor solución para la crisis de la región. Siria es un problema y cualquiera que intente entenderlo en su complejidad corre el riesgo de quedar con las manos atadas. Parece que no hay más opciones que escoger entre George Bush II o Bachar al Asad. El presidente Obama no es ciertamente Bush II pero se ha convertido aparentemente en la sombra más allá de la cual no puede saltar.Y tampoco, hay que insistirlo, es Ronald Reagan que apoyó a Iraq, el de Sadan Hussein, en su guerra contra Iraq en 1986, pese a que había evidencias de que el primero de los países había utilizado armas químicas.