Cómo será el 2014
Quito, Ecuador
Siempre ilusiona en cambio de año, aunque la sensación dure poco más que el gas de la champaña para celebrarlo.
Siempre ilusiona en cambio de año, aunque la sensación dure poco más que el gas de la champaña para celebrarlo.
Miguel Molina Díaz
Barcelona, España
Caminar por Madrid en los primeros días del invierno es el descubrimiento de una ciudad de colores sublimes. Contrastan, sin embargo, con los frondosos follajes del Parque de El Retiro y los acogedores cafés del Barrio de Las Letras, los fantasmas que habitan en el Museo Centro de Arte Reina Sofía. Es un contraste enriquecedor y de una catarsis que hace de la visita a la capital española una experiencia que despierta pasiones.
Tal vez ya a nadie debería sorprenderle el caso Bonil: parece que los ecuatorianos nos hemos acostumbrado a que el gobierno sistemáticamente active los resortes del poder para neutralizar —con aparente forma de legalidad— a todo aquel que ose criticarlo frontalmente. O, en otras palabras, para castigar el ejercicio del derecho humano a expresarnos, a opinar, a discrepar y, por qué no, a satirizar a quienes no fueron elegidos monarcas, sino servidores temporales del pueblo.
Durante el diálogo que siguió a una conferencia que dio recientemente el secretario de Estado, John Kerry, en la ciudad de Múnich, el diplomático estadounidense salió al paso a la narrativa que circula por allí que ven a un Estados Unidos aislándose del escenario mundial, a un Estados Unidos cada vez más desinteresado por el curso que siguen los eventos internacionales. “Amigos, no nos estamos retirando…”, dijo Kerry, y pasó revista a una serie de conflictos desde Siria hasta Irán, desde Afganistán hasta el conflicto entre Israel y Palestina, en todos los cuales subrayó el papel importante que ha tenido la Unión Europea como aliada.
Hace pocas semanas murió intempestivamente en México D.F. José Emilio Pacheco. Los obituarios insistieron en sus compañeros de generación: sobre todo Carlos Monsiváis y Sergio Pitol y también de alguna manera Salvador Elizondo y Elena Poniatowska. Discutible, el concepto de generación, por lo menos en lo que se refiere a Pacheco, Monsiváis y Pitol, fue el nombre de una nueva sensibilidad: el cosmopolitismo asumido como destino por una parte y por otra, la pasión por lo irrecuperable de la vida.
El escándalo mayúsculo que acaba de producirse en Brasil a raíz de la solicitud de asilo presentada por la médica cubana Ramona Matos Rodríguez radica en el hecho de que la desesperada medida asumida por esta profesional destapó ante el mundo uno de los inmundos trueques que perpetran los hermanos Castro a costa de la pobreza y desesperación de sus oprimidos conciudadanos.
En un artículo anterior, al hablar del genio solitario de Rubén Darío decía que un país atrasado y pobre puede dar un solista pero no una orquesta completa. Alguno de mis lectores reaccionó picado por esta afirmación que juzgó pesimista, y aún otro, compatriota mío, se fue un tanto por la tangente al entrometer la autoestima nacional. Pero se trata de un símil que si utiliza la figura de un poeta capaz de transformar la lengua desde el traspatio, desborda consideraciones de fronteras y va al asunto de lo que deberíamos llamar el desarrollo integral.
En Costa Rica la segunda vuelta será entre dos variantes de la socialdemocracia. El profesor y diplomático Luis Guillermo Solís, a la cabeza del Partido de Acción Ciudadana (PAC), se enfrentará al ingeniero Johnny Araya, ex alcalde de San José, líder del Partido de Liberación Nacional (Liberación). El PAC es un desprendimiento de Liberación.
Adolfo Hitler era un tipo tan, pero tan malo que es muy fácil descalificar a alguien llamándolo «fascista», es decir, acusándole de profesar la misma ideología de alguien tan despreciable como Hitler. Es fácil, pero en muchos casos, es errado, entre otras cosas porque poca gente ha logrado los niveles de maldad del mencionado fulano.
“Las caricaturas también me hacen llorar”, rezaba una canción de Gloria Benavides de los años de la “Nueva Ola” musical. En los tiempos que corren, las caricaturas no hacen llorar al Presidente Correa, de la hermana República del Ecuador. Lo enrabian, lo agreden, lo hacen cabalgar en la yegua cólera.
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